Muchos dicen que un
libro es para el autor como un hijo, una parte de si mismo, sus vivencias,
anécdotas, sentimientos y hasta inclusive ocultos resentimientos que afloran en
la obra bajo el manto de un personaje que finalmente puede terminar de mala
manera, convirtiéndose la obra un poco en la catarsis de la propia vida del
autor y un reflejo oculto de su entorno.
Así como en la vida
misma el hijo tiene rasgos del ADN del progenitor, en este caso de la madre, “Ingrávidos,
cuentos para flotar” de Cintia Cañete, nombre este que figura en la
partida de nacimiento (ISBN) de este su primer hijo de papel, refleja la
personalidad y esencia de la autora.
Meticulosa,
extremadamente detallista, pulcra en su manera sencilla y directa de decir las
cosas, pero en especial una soñadora empedernida, Cintia, transfiere estas
cualidades a cada renglón, cada palabra y cada silaba de estos cuentos,
premiados todos, en diversos concursos a nivel local e internacional.
Cuando en el 2009 me
toco ser parte del jurado del concurso de cuentos Cortos “Helio Vera”, que
fuera organizado por la Sociedad de Escritores del Paraguay (SEP) y la Cámara
Paraguaya de Editores y Libreros (CAPEL), descubrí entre varias decenas de
trabajos un cuento que me llamó la atención. “El pozo del jardín”.
Es con este cuento
de realidades paralelas con el cual conocí a Cintia quien, a pesar de haber obtenido
en aquel concurso sólo “una mención”, no se desanimó y prosiguió afinando su
estilo y persistiendo para lograr lo que la autora siempre persigue en todo lo que se
propone: La excelencia.
La autora no tardó
mucho en hacerse notar en el mundo de los concursos literarios donde casi
siempre, en la apertura de sobres, su nombre comenzó a encontrarse entre los
tres primeros puestos.
La
cristalización de estos 7 años de arduo trabajo es este libro, compuesto por 11
cuentos, que demuestra que si deseamos algo con todas nuestras fuerzas,
trabajamos duro sin desanimarnos con las dificultades que puedan aparecer en el
camino, de seguro nuestros sueños se harán realidad, pues como dice ella, “Los
sueños son realidades esperando cristalizar”
Por todo lo mencionado, es un orgullo para la SEP y para
quien escribe estas líneas, que gracias a aquel concurso organizado junto a
CAPEL y el tenaz trabajo literario de Cintia Cañete, hoy “Ingrávidos, cuentos para flotar”
esté en las manos del lector ávido de lectura inteligente y refrescante a la
vez.
Les garantizo que al zambullirse en el intrincado y deliciosamente
combinado cúmulo de vivencias y sensaciones de cada uno de los relatos
descubrirá, cubierto por el manto de la ficción, un mundo con el que podrá
identificarse, reflexionar y fundamentalmente disfrutar esta pequeña joya de
bolsillo.
Alejandro Hernández
y von Eckstein
Vicepresidente SEP
(2012-2016)
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