El otro día estaba viendo una película llamada “Predicciones” con Nicolas Cage y al terminar...para variar, me puse a divagar.
Cada tanto se habla del fin del mundo...la destrucción de la humanidad. Que el cometa Halley, que el año 2000, que Nostradamus y no nos olvidemos de las famosas predicciones Mayas.
Sin embargo y jugando al “apocalíptico” hoy quiero recordarles una muy conocida historia que aunque no tiene nada que ver con la película también, según mí divague, puede llevar a un final apocalíptico:
Cuenta la conocida historia del Antiguo Testamento que los herederos de Noé erigieron en la llanura de Shinar, (Actual Irak) una torre con la pretensión de llegar al cielo y, porque no, hablar de tú a tú con Díos. Sigue contando la historia que Jehová indignado al ver el grado de soberbia alcanzada por esta gente, no solo interrumpió la construcción y destruyo la torre sino que también confundió las lenguas de los constructores para que así jamás puedan volver a intentar construir otra similar.
Independientemente del significado teológico o que algunos historiadores digan que aquella mítica torre de Babel fue el famoso Zigurat de Etemenanki, restaurado posteriormente por el rey Nabopolasar y su hijo Nabucodonosor II de Babilonia; o que otros piensen que no es más que una fabula y que la torre solo existió en la imaginación de los que trascribieron los textos bíblicos; yo me pregunto ¿Este no será otro ejemplo figurativo de los tantos que existen en la Biblia? ¿Habrá existido la torre de Babel o simplemente su destrucción representa la arrogancia y ego de aquellos hombres? Si en realidad existió ¿en cuanto tiempo fue destruida? inmediatamente, en un día, en cien años... ¿De que estaba hecha? ¿Habrá Dios confundido las lenguas, creando así los distintos idiomas, o simplemente las palabras que formaban el idioma de aquellos hombres perdieron su significado...su valor?
Si esto ultimo fuere cierto ¿Estaremos a punto de presenciar una nueva destrucción de la torre de Babel? Porque muchas palabras son simplemente “palabras” y hace tiempo perdieron todo su significado para el común de las personas.
Para dar un ejemplo, hoy por hoy las palabras “MORAL” y “HONOR”, son simplemente términos cuyo significado solo se encuentra en uno de esos libros que todos tenemos en nuestra biblioteca, lleno de polvo y que nunca consultamos, llamado diccionario.
Será posible que aquellos descendientes de Noé perdieran también el significado de la MORAL, transformándose en personas que al no distinguir entre el bien y el mal actuaban según sus instintos individuales y no en bien de la comunidad. Tal vez al olvidar el significado de esa palabra el HONOR corrió la misma suerte ya que sin moral no tiene sentido el cumplimiento de los deberes que uno tiene con uno mismo y el prójimo.
Muchas otras palabras hoy en día han perdido significado y valor, como creo también ocurrió en aquella remota época, pero entre estas hay una que además de perder su significado, su esencia ha sido prostituida.
Esta palabra, cuyo nombre develaré al final, es la loza fundamental, el cimiento, del significado de otra que también ha perdido su sentido: la “HUMANIDAD”
Entre las definiciones que el diccionario Microsoft® Encarta® 2006. © 1993-2005 menciona, podemos señalar la que dice simplemente: Humanidad, “conjunto de personas”. Sin embargo sigue diciendo, “Fragilidad o flaqueza propia del ser humano. Sensibilidad, compasión de las desgracias de nuestros semejantes”.
Como podemos ver, la HUMANIDAD, contiene en este significado a otras palabras, bastante olvidadas también, la SENSIBILIDAD y la COMPASIÓN, que de una u otra forma están también relacionadas con el HONOR y la MORAL y hasta podríamos decir que al igual que un edificio está constituido por ladrillos todos los significados de las palabras anteriormente nombradas, construyen y forman parte en conjunto del significado de HUMANIDAD.
Creo que a esta altura, los que siguen leyendo, habrán descubierto a donde quiero llegar:
La torre de Babel no es otra que la HUMANIDAD misma.
Esta “torre” no está construida con ladrillos de barro cocido al sol, como los del Zigurat de Etemenanki, sino con MORAL, HONOR, SENCIBILIDAD, COMPASIÓN, entre otros tantos “ladrillos”.
Del mismo modo que los ladrillos de aquel templo Babilónico estaban compuestos básicamente de barro cocido al sol, los “ladrillos” de la HUMANIDAD, están cocidos por un elemento que a su vez se constituye en su piedra angular. Este “sol” que cuece, estos tan especiales ladrillos, con su luz infinita es el AMOR.
La mayoría de las personas se han olvidado del verdadero significado del amor...Y si no me cree hagamos una prueba:
Si en la calle paramos a diez personas y les decimos una serie de palabras, pidiéndoles que a cada una de estas las emparejen con la primera palabra que se les ocurra, cuando se les diga la palabra AMOR
¿Será que la asociarán con SENTIMIENTO, DIOS, SUBLIME, HUMANIDAD o cualquier otra palabra?
Se equivocan. Probablemente nueve de diez digan “SEXO”.
No quiero decir con esto que estoy en contra del sexo o que este es la base del pecado, etc, etc,... Sólo que no creo que el AMOR este subordinado al SEXO, como se nos quiere convencer, en películas, propagandas, novelas, diarios, entre otros tantos “formadores de opinión”, sino que el sexo es una de las tantas partes integrantes, un complemento del amor.
Si el AMOR es la base de todos los sentimientos y esta base es reducida simplemente a una condición orgánica entonces creo que estamos en problemas...
Cuando en una estructura los cimientos no son lo que deberían y los materiales de construcción son de mala calidad, nadie puede dudar que la estructura sucumba bajo su propio peso.
¿Podrán las palabras-ladrillo recuperar su significado y fortaleza o estaremos a punto de ser testigos y parte de la caída de una nueva torre de Babel?