El escritor Friedrich Schiller dijo una vez: “No es la carne y la sangre, sino el corazón, lo que nos hace padres e hijos”
El 28 de enero de 2022, la guadaña de la vida, guiada sabiamente por aquel que
todo lo sabe y ve, ha dado un corte en mi vida, y en la de mi familia, marcando un
antes y un después. Todo ha cambiado para nosotros. Mi papá ya no está.
Ya no podré ilusionarme con una milagrosa recuperación, con un imposible
retroceso temporal, y volverlo a ver sentado en la cocina, tomando sus
interminables mates, escuchando eternamente las noticias y las peleas de los políticos
en su radio. Ya no me impacientaré por esa calma, que sólo él poseía, ni lo volveré
a ver masticar un millón de veces un bocado para antes de introducir el
siguiente, a modo de reproche por mi manera de “tragar” la comida, decir:
¿Sabes que estas comiendo? ¡Comes tan rápido que seguro no sabes que gusto
tiene lo que estas comiendo!... Ya no…Ya no hay vuelta atrás.
Sin embargo, y a pesar de todo eso, tengo la alegría que, por fin, se ha
liberado de ese deteriorado “estuche” que, después de exactamente nueve décadas,
sólo le servía para mantenerlo acostado en una cama sin poder siquiera caminar
dos pasos. Preso seis meses en un mundo que ya no era el suyo.
Ya no habrá partidas de ajedrez, horas de desvelo y angustias por llevar el
puchero a la mesa, no habrá tardes de barriletes, ni prácticas de caligrafía,
tampoco tendrá que explicarme mil y una vez los “quebrados”, como él les decía a
las fracciones, ni tampoco los ejercicios de raíz cuadrada, limites, derivada,
e integrales, o los balances y asientos de contabilidad. Ya no existirán
aquellos consejos cómplices y, aunque ya tenga 55 años, extrañaré sus orientaciones,
aunque sin impedir que recorra mi camino y estando siempre ahí para darme una
mano cuando metía la pata.
Una nueva etapa comienza para toda la familia, sin embargo y aunque ya no
pueda compartir aquellas pequeñas grandes cosas que forjaron y seguirán forjando
mi vida, nada hará que este hombre, extraña combinación de sentimientos y razón,
deje de ser lo que fue desde el primer día que lo vi: MI PAPÁ.
“No importa quién fue mi padre. Lo importante es a quién recuerdo yo que lo
fue”.
Anne Sexton
Hasta pronto papá, nos vemos en el siguiente plano dimensional.
Un momento fuerte, donde no encontramos palabras de consuelo, pero espero que puedas estar en paz al saber que hiciste el vida, todo. Honraste a tu padre como buen hijo. Un abrazo, Ale.
ResponderBorrarQue linda foto,Ale siempre recordalo así,un súper abrazo para tu mami tu hermana tu hermano y tus sobrinos.
ResponderBorrarMucha fuerza Ale, honra su memoria con las acciones y actitudes positiva que son propias de ti, un gran abrazo, QEPD Tu papá.
ResponderBorrarFuerza mi querido Ale! tu papi desde el cielo esta feliz y agradecido por los momentos tan lindo que le toco vivir y de tener unos hijos maravillosos que estuvieron con el hasta el ultimo dia!
ResponderBorrar