Cuentos en el blog

martes, 27 de octubre de 2015

AVENTURAS SIN TREGUA (Critica Literaria sobre novela "El cetro del Tahuantinsuyo")



 José Vicente Peiró
Cuando la aventura abre sus alas como el cóndor, en seguida pensamos en el cine. Pero también existe en la novela. Así nos lo recuerda Alejandro Hernández y von Ekstein no sólo en su última novela publicada que aquí vamos a comentar, El cetro del Tahuantinsuyo, sino a lo largo de toda su trayectoria narrativa, llena de peripecias en Egipto (Conspiraciones faraónicas, con un simpático Waty el escriba como protagonista) o en la trilogía de El fotógrafo de loma Tarumá, diría que “trilogía paraguaya”, culminada con una interesante novela, "Ni el fuego ni la muerte", además de los cuentos publicados en "Nueve vidas", entre otras obras. Una trayectoria coherente, con estilo propio, gestada alrededor de la propia experiencia adquirida con el conocimiento y el ánimo de contar historias enfrentando un pensamiento actual con otros históricos.
Sin duda, El cetro del Tahuantinsuyo posee ritmo y un personaje real que se adentra misteriosamente en el pasado. En este caso es un escritor viajero ávido de conocer aquello que ha leído en los libros y en las páginas web de Internet, posible trasunto del autor, y adentrarse en el mundo del imperio Inca al visitar las ruinas de Machu Picchu. El anónimo turista protagonista entra en el pasado, en los últimos años del siglo XVI, como un visitante del futuro (¿correrá peligro esta novela al tratar el tema del viaje en el tiempo?). Un sacerdote y una bella sacerdotisa de la más alta nobleza inca colaboran con él para cumplir con una misión sagrada: devolver al dios Wiracocha un cetro que representa el espíritu del Imperio en vías de ser arrasado por los soldados españoles, y así preservarlo para que en el futuro resurja de sus cenizas su civilización. Todo eso entre peripecias, ayudantes y oponentes, nativos, traductores, fauna, y numerosas descripciones de los lugares mágicos y ancestrales del Imperio.
( Asunción, Servilibro, 2015, 119 págs.)
Novela llena de explosividad narrativa, recrea ese mundo pero, a su vez, desea transmitir con viveza la aventura del protagonista. Entre las descripciones cronísticas, el autor no duda para ello en recurrir a la ironía y a cierto cinismo cuando se adentra en el pasado y se enfrenta a una situación enigmática llena de suspense. Acompañado de unas bellísimas ilustraciones de Juan Moreno, y una serie de mapas divulgativos, Hernández se centra en la ubicación de un hombre actual en un espacio y un tiempo pasados, para ofrecer el choque de caracteres y costumbres, hasta que él las asimila para intentar resolver el reto planteado. No queremos desvelar más cuestiones argumentales puesto que estamos ante una novela donde los sucesos prevalecen sobre cualquier otro motivo o estrategia textual.
¿Novela juvenil? Seguramente sí, aunque yo he disfrutado leyéndola y he adquirido bastantes conocimientos de un tema que conocía de una manera superficial. Desde luego que los adolescentes disfrutarán adentrándose en el mundo exhibido y en los conocimientos desplegados, tanto de su religión y su mitología, como de los lugares incas y algunas de sus costumbres. Todo ello narrado con elegancia, con un estilo que va a la sustancia de los acontecimientos ficticios, y con una alta dosis de fantasía desplegada para convencer al lector de las exposiciones. Pura narrativa, sencilla pero con esencia.
Un buen regalo para un joven. Y para un adulto que no busque más que disfrutar de las aventuras contadas en prosa.
José Vicente Peiró
Profesor y doctor en Literatura Hispanoamericana
de la UNED y de la Universidad Jaume I de Castellón.