Cuentos en el blog

domingo, 28 de marzo de 2010

la carta


Hay veces, cuando me siento ante el teclado para escribir una entrada en este blog, los distintos temas a tratar se agolpan en mi mente como si lucharan entre ellos para ver quien es el elegido. Sin embargo, en otras ocasiones un tema determinado me persigue hasta que me ocupo de él. Este es el caso de “La carta” tema abordado en varios blogs a los que entre al azar y en el comentario de una antigua amiga que me pidio la dirección de mi casa para enviarme “una carta de las de antes”.
Sí, la carta...la de antes... esa “antiquísima” forma en la que nos comunicábamos a distancia antes que exista el “mail”. Es probable que algunos de los que lean estas lineas se pregunten: ¿Acaso alguna vez se comunicaba de otra forma que no sea por mail? Y si... era la época del televisor que transmitía en blanco y negro, cuando no existían los CD's y se escuchaba música gracias a los “long play” en un combinado( gigantesco mueble que reunía radio y tocadiscos) en fin...
Pero volvamos a la carta, aquel papel escrito generalmente a mano, con una “ lapicera fuente”, a las que algunas señoritas gustaran perfumar para darle un toque personal a la misiva, lo que hoy seria un “emoticons”. Ese papel luego de haber escrito el mensaje, procurando hacer la mejor letra evitando tachaduras y faltas ortográficas, se doblaba cuidadosamente y se guardaba en un sobre que se cerraba colocando en su frente el nombre y dirección del destinatario y en su parte trasera el remitente o sea el nombre del que la enviaba con su dirección.
Luego de realizar toda esta operación, la persona que enviaba la carta se dirigía a la oficina postal y pagaba por el envió, recibiendo a cambio unos papelitos engomados de bordes dentados adornados con motivos varios llamados estampillas que se debían pegar en el sobre para que que el funcionario del correo coloque un sello sobre él “matacellándolo” y guardando la carta en un busón para ser distribuido según el destino.
Terminada toda esta operación, uno debía esperar varios días, semanas y hasta meses, para que la carta llegue a destino... si es que llegaba.
Mucho se ha escrito sobre la carta y sobre el encargado de llevarlas, “el cartero”. “Miguel Strogoff, el correo secreto de Zar”, de Julio Verne; o “El cartero llama dos veces” son algunos de los ejemplos de lo que digo.
Hoy el pobre Julio Verne debería llamar a su novela “El servidor del Zar” en donde los tartaros serian unos Hakers que pretenderían interceptar el mail del gobernante. Mas complicado seria en el caso de “El cartero llama dos veces” pero podría cambiarse al cartero por un técnico de Internet... el argumento de la novela no debería cambiarse mucho...
!Ah.. aquellas cartas!... con que ilusión esperábamos al cartero...
Tachenme de sentimental pero creo que es una pena la desaparición de la carta como objeto y medio de comunicarse a distancia.  Si bien hoy sabemos que nuestro mensaje llegara al destinatario en segundos, según el servidor que tengamos, se ha perdido toda la emoción de recibir aquel trozo de papel con la letra del ser querido.
Como dirían por ahí, el costo de la civilización y el frío avance de la tecnología. 

sábado, 20 de marzo de 2010

Nominaron a escritores que irán a la Feria de Buenos Aires


SE HAN PRESENTADO DIECISIETE CANDIDATURAS
1 Foto
Oscar Pineda (parado), Victoria Figueredo, Susy Delgado y Alejandro Hernández labran el acta tras la ardua labor de elegir a los escritores.
En la sede de la Dirección General de Promoción Cultural Comunitaria de la Secretaría Nacional de Cultura se reunió ayer  el jurado de la convocatoria a escritores para participar en la XXXVI Feria del Libro de Buenos Aires, que se realizará en la capital Argentina, desde el 23 de abril, y donde Paraguay tendrá dos días de participación. El jurado integrado por Oscar Pineda, representando al PEN Club Paraguay; Alejandro Hernández, representando a SEP; Susy Delgado, representando a la Secretaría Nacional de Cultura, y Lisandro Cardozo, como presidente de la mesa, han analizado y evaluado las 17 propuestas presentadas, y se eligieron los ocho autores que integrarán la delegación paraguaya a la mencionada feria, según las normas de la convocatoria.

Los escritores nominados son los siguientes:  Gregorio Gómez Centurión, quien presentará  su libro Temiandu rory;  Wilfrido Acosta, con su poemario Tatápe guarã;  Nelson Aguilera, con su libro Madame Lynch, una reina sin corona;  Amalia Ruiz Díaz, con su libro Jaime Bestard, Arte y Dignidad y  Miguel Angel Verón con su poemario Ñañe’ê mi guaraní. También han sido electos: Mauro Lugo con su poemario en guaraní Pyanguekói;  Irina Rafols con su novela Alcaesto y  Catalo Bogado con su libro Cnel. Bogado.

El jurado también decidió que se presenten en el marco de la feria los siguientes textos:  El país de la sopa dura, obra póstuma de Helio Vera, y  Seis rayos de plata de Richard Stover.

Las jornadas reservadas para la participación paraguaya son el 1 de mayo y el 2, respectivamente.
Fuente: ABC Color 18 de Marzo de 2010 19:59
Copia del acta rubricada en la dirección de fomento del libro y la lectura


 En la ciudad  de Asunción, a los 18 días del mes de marzo de 2010, en la sede de la Dirección General de Promoción Cultural Comunitaria  de 
la Secretaria Nacional de Cultura, se reúne el Jurado de la Convocatoria a Escritores para la XXXVI Feria del Libro de Buenos Aires, integrado por Oscar Pineda, representando al PEN Club Paraguay; Alejandro Hernández y von Eckstein, representando a SEP; Susy Delgado, representando a la Secretaria Nacional de Cultura y  Lisandro Cardozo como presidente de la mesa. 


Analizadas y evaluadas las 17 propuestas presentadas, se eligieron los ocho autores que integrarán la delegación paraguaya a la mencionada feria. 
Los mismos son los siguientes: 


1-     Gregorio Gómez Centurión, con su libro Temiandu rory 
2-     Wilfrido Acosta, con su poemario Tatápe guarä 
3-     Nelson Aguilera, con su libro Madame Lynch, una reina sin corona 
4-     Amalia Ruíz Díaz, con su libro Jaime Bestard, Arte y Dignidad. 
5-     Miguel Angel Verón con su libro Ñañe`êmi guaraní. 
6-     Mauro Lugo con su poemario Pyanguekói. 
7-     Irina Rafols con su novela Alcaesto. 
8-     Cátalo Bogado con su libro Cnel. Bogado. 

El Jurado también decidió que se presenten los siguientes textos: 

1.     El país de la sopa dura de Helio Vera
2.     Seis rayos de plata de Richard Stover

Susy Delgado                                    Lisandro Cardozo

Oscar Pineda                                 Alejandro Hernández
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viernes, 12 de marzo de 2010

El hada y el aprendiz


Muy pronto se estará lanzando, a través de Editorial Lina, el cuento infantil titulado "El hada y el aprendiz"
Si bien el cuento fue escrito en el año 2002, y representado como obra teatral en Encarnación en 2009 por los alumnos de la profesora Sofia Valenzuela, recién ahora se publicará en formato de libro de cuentos destinado para los niños que empiezan sus primeras letras.
La obra contará con ilustraciones de Carmen Mendoza mientras que la diagramación estará a cargo de José Morinigo.

sábado, 6 de marzo de 2010

¿Por que tiemblas Pachamama?

En varias culturas se le atribuía a la tierra vida propia. Prueba de ello se vé entre los pueblos aymara y quechuas que la denominaban Pachamama, una deidad que no solo representaba a la tierra, geográficamente hablando, o a la naturaleza, sino al conjunto de estos dos elementos integrados. Otro ejemplo de atribuirle vida propia a la tierra se da en la antigua Grecia, donde se la personificaba como a la Diosa Gaia, representandola como un gran vientre cósmico y procreador, que emergiendo del vació primitivo (Caos), era la responsable de la vida sobre el planeta.
¿Como pueblos aislados entre sí tienen conceptos tan parecidos?
Los escépticos podrían responder esta pregunta con infinidad de respuestas atribuidas a la evolución imaginativa de esos pueblos. Sin embargo en 1969 el químico James Lovelock ideó una teoría en donde se puede ver cierta similitud con los conceptos de los primitivos pueblos antes mencionados.
La teoría, a la que “casualmente” se la llamó Gaia, publicada diez años después de su concepción, se basa en la idea de que la materia total de los seres vivos del planeta, expresada en peso por unidad de área o volumen, autorregula las condiciones del planeta para hacer su entorno físico (especialmente temperatura y química atmosférica) más hospitalario con las especies que conforman la «vida».1
Esto quiere decir que todos los componentes de este planeta actúan como un organismo único del mismo modo que las células de un ser vivo, para a su vez crear las condiciones ideales para la supervivencia de la tierra y cada una de las especies que sobre ella habitan. Como dije, esta “revolucionaria”teoría es muy similar al concepto de “Pachamama”.
Simplificando podríamos decir que la tierra en su conjunto actuá como un ser vivo y como tal reacciona a estímulos externos e internos.
Si a cualquier animal, incluyendo al hombre, se lo agrede constantemente de seguro que con el tiempo reaccionará dando un buen escarmiento a su agresor.
Imagínense un buey soportando sobre su lomo el peso de casi siete mil millones de parásitos que aguijonean su gruesa piel, lastimándolo hasta desangrarse. De seguro que reaccionará de alguna manera contra sus furtivos agresores. ¿Por qué entonces la tierra, como ser vivo, no puede reaccionar a las continuas agresiones a las que es victima, por casi siete mil millones de personas en especial en la ultima centuria?
¿Será acaso que los temblores de Haití y Chile y sus consecuencias son un aviso de que el “buey” se esta cansando de su molesta carga?
Como dije en otras entradas, no creo en la apocalíptica destrucción total del planeta tierra ya que si tomamos a esta como un ser vivo, es difícil, aunque no imposible, que como tal se auto elimine.
Solamente el “buey” esta sacudiéndose y buscando la manera de poder volver al equilibrio donde todos podamos vivir en armonía. Mientras eso pasa, debemos sujetarnos con fuerza para no caernos, y buscar la manera de aliviar las heridas que le hemos causado a la sufrida Pachamama.
1- Extraido de Wikipedia

viernes, 5 de marzo de 2010

La fuerza de las palabras


Desde que cumplimos aproximadamente dos años comenzamos a decir nuestras primeras palabras que, entrelazándose unas con otras, formarán el vocabulario que iremos puliendo de acuerdo con el medio en que nos encontremos.
Si bien todos pensamos que sabemos hablar ¿Sabemos utilizar las palabras y la fuerza que cada una de ellas encierra?
El hecho de aprender a hablar, aunque no lo creamos así, trae aparejado una gran responsabilidad que es la de hablar lo justo, cuando corresponde, en el lugar adecuado, y para ello es necesario saber el valor de cada palabra y atenernos a las consecuencias que puedan estas traer aparejadas al unirse incorrectamente.
Hay un viejo dicho que dice “si lo que tienes que decir no es mejor que quedarte callado, mejor no lo digas”
El mensaje que contiene este dicho es más que elocuente, sin embargo preferimos dar grandes discursos meticulosamente elaborados con palabras zalameras, llenas de encubierta falsedad, para darnos a entender o captar la atención del oyente, sin que nos importe el hecho de ser o no prudente con lo que hemos dicho.
Que equivocada están las personas que piensa que es de "sabio" hablar mucho y de forma rebuscada, cuando en realidad es todo lo contrario.
Se dice que el que mucho habla, como hacia el famoso personaje de Mario Moreno “Cantinflas”, en vez de esclarecer confunde ¿Por qué entonces preferimos la confusión provocada por el palabrerío barato? ¿Acaso preferimos vivir aturdidos para no escuchar nuestra propia voz interior que actúa como un espejo en el cual tememos ver nuestro reflejo?
Mientras no aquietemos las turbulentas olas que la confusión provoca en nuestro ser, no podremos saber cual es el camino que debemos seguir. La confusión solo hará que nuestra lengua se mueva mucho antes que hayamos analizado todas las cartas que tenemos delante nuestro provocando que en pocos minutos nos arrepintamos de lo que hemos dicho “sin pensar”.
Las palabras tienen, según se las combine, el valor de construir o destruir. De nosotros depende usar la combinación adecuada para que nuestras palabras no se conviertan en un arma más de destrucción masiva.