Cuentos en el blog

sábado, 26 de mayo de 2012

La incansable escritura de Alejandro Hernández y von Eckstein

http://milinviernos.com/
Alejandro Hernández y von Eckstein escribe con constancia. Todas las tardes, luego de llegar de su trabajo, se sienta frente a la pantalla de su computador y continúa con la historia que va desarrollando. Si para un sólo día, retomar lo hecho se hace más difícil. Ese ritmo frenético es el que le ha servido para contar con una tetralogía llamada “Travesías de Waty el escriba” y para estar a punto de culminar la trilogía “El fotógrafo de Loma Tarumá”.
De niño, en Argentina, tuvo una profesora que lo impulsó a escribir pese a que él afirmara que tenía mejor ortografía un “cabayo”. La profesora le dijo que un escritor podía ser un corrector pero un corrector no podía ser escritor. Cuando tuvo 17 años y la hiperinflación estaba a punto de estallar en su natal Argentina, Hernández y su familia fueron a Asunción del Paraguay. En esta ciudad estudió administración de empresas y comenzó una carrera convencional en esta disciplina.
Las cosas comenzaron a cambiar por un juego. Mientras que sus compañeros de trabajo se iban a sus casas, Alejandro se quedaba navegando por internet;  ingresaba a una página de egiptomaniacos y creó un personaje de alguna dinastía y convivía con otros jugadores. El administrador de la página le dijo que lo que escribía podía ser el material para algún trabajo literario. Alejandro, como en sus tiempos de colegial, fue renuente pero, al final, cedió y así surgió el primer capítulo de “Conspiraciones faraònicas”, la primera novela de su tetralogía.
Con la publicación autofinanciada de este primer volumen, Alejandro buscó otras opciones y se hizo acreedor a una beca dada por el FONDEC en 2007. Apareció “Bajo la mirada de la cobra”. Con este aliciente, al año siguiente volvió a aplicar para obtener un neuvo apoyo pero en esta ocasión su trabajo fue rechazado. Las razones esgrimidas por el jurado ese basaron en el argumento de que era una novela intrascendente para la cultura paraguaya.
Alejandro buscó apoyo de editoriales y logró publicar los otros dos volúmenes de su tetralogía: “El asesinato del faraón” y “El juego de los dioses”. La calificación a su trabajo como culturalmente intrascendente fue el detonante para que escribiera una historia que discurriera en Paraguay.
Con este reto inició la escritura de su trilogía “El fotógrafo de Loma Tarumá”, la cual ya tiene dos títulos publicados, el segundo se llama “El proyecto de la Mandyju Pora”. La historia es la de un europeo llamado Gustav Demczsyn que llega a tierras sudamericanas y atestigua los escombros dejados por la guerra de la Triple Alianza.
La condición de extranjero del protagonista no solo coincide con la de Alejandro quien en Argentina ya es visto como paraguayo y en Paraguay hay muchos que aún lo consideran argentino. Sus abuelos fueron unos rusos que emigraron a Alemania antes de la Segunda Guerra mundial y, después de haber estado en berlín durante la llegada de los soviéticos y los norteamericanos, huyeron a América. Ingresaron por Brasil y se acentaron en Asunción; la abuela de Alejandro no se sintió cómoda con el calor abrasador y fueron a Argentina. Después volverían a la capital de Paraguay y desde ese entonces, hace 28 años, Alejandro ha vivido en Asunción.
Hernández y von Eckstein se alimenta de toda esa tradición, de lenguajes arcanos y, dada su condición errante que envuelve a su familia, ve al mundo y a la historia como una inmensa plataforma en la que pone a dialogar a personajes ficticios con otros que existieron. El tiempo lo asume como una trayectoria cuyo decurso puede alterarse por distintos motivos, casi nunca surgidos de la voluntad humana.
Su próximo proyecto es una saga sobre los nazis y sabe que continuará escribiendo, sin cansancio. Él mismo trata de entender que su labor comenzó, más que por una solicitud del administrador de una página web o por las palabras de una profesora, por el deseo de encontrar cosas que su maestro Mika Waltari no alcanzó a narrar en sus  escritos. Una historia es el fragmento de una más grande.  Sólo bastó con que un hombre, el primer hombre, hubiese decidido narrar algo para que creciera este flujo con vocación infinita. Alejandro Hernández y von Eckstein está sumergido en esa interminada e intermibable empresa.

Fuente:http://milinviernos.com/2012/05/25/la-interminable-escritura-de-alejandro-hernandez-y-von-eckstein/

lunes, 14 de mayo de 2012

Nueve años, nueve libros, nueve cuentos, Nueve Vidas


Con motivo de cumplirse nueve años de haber lanzado mi primera novela “Conspiraciones Faraónicas”, próximamente, otro libro editado por Editorial Servilibros, está a punto de salir a la luz.
En esta ocasión, un cuestionador personaje introducirá al lector en las historias que contendrá el libro, en las cuales, sus protagonistas expondrán situaciones que podrán hacernos reflexionar sobre uno y nuestro entorno.
El libro titulado “Nueve Vidas”, noveno de mi autoría, contendrá una selección de nueve cuentos cortos escritos previamente en este blog y que gracias a sus entradas, comentarios, mails y siguiendo el ejemplo de nuestro amigo del blog “Una ventana al exterior”, me he animado a publicar en papel.
Las Ilustraciones que darán realce a Nueve Vidas, como lo viene haciendo desde hace varias publicaciones de mi autoría y en otras de renombrados escritores, estará a cargo del dibujante Juan Moreno.

sábado, 12 de mayo de 2012

La escritura es un gato


Muchas veces me han preguntado por qué escribo, tema que ya trate hace algún tiempo en este ciberespacio. Sin embargo creo que sería más significativo el preguntar ¿Qué es la escritura en si para mí? ya que la escritura es el “caracú”, el motivo principal de mis desvelos y el de los que abrasan esta pasión.
Creo que esta respuesta la ha respondido en forma muy clara la escritora paraguaya Lourdes Espínola en uno de los poemas de su libro "Desnuda en la palabra", publicado por Ediciones Torremozas, Madrid en octubre de 2011.

El poema es un jaguar
Tendido en mi cama,
Tibio, colorido,
Feroz y con pezuñas.
El poema me lame
Y me rasguña.
Me frota entre sus dedos
Hasta hacerme dormir.
Y solo allí
Y de un zarpazo,
Me toma entera.
Suya,
Entera y por asalto.

Los antiguos Egipcios tenian a Thot, representado en algunas ocasiones con cabeza de Ibis y cuerpo de hombre, como el dios o patrón de los escribas. Sin embargo creo que debería haber sido un gato el que tendría que haber llevado esa tarea en el panteón del antiguo país del Nilo.
Aunque, como se ve en el poema de Lourdes, se está comparando al felino con la poesía, creo que este no sólo la representa sino que también lo hace con la narrativa y la escritura en general.
Así como el felino “la musa” de la escritura es un ser independiente y muy celoso. El no hacerle caso en el momento que ella se nos presenta puede traernos su indiferencia por varios días. También como el felino, y como dice Lourdes en su poema, nos espera agazapado para cuando menos lo esperemos “de un zarpazo” tomarnos “Enteros y por asalto” no soltandonos hasta que “el”o “ella” lo decidan. Es por esta razón que los que escribimos desaparecemos dentro del teclado por varias horas o nos levantamos a las horas mas increíbles de la noche sin importar donde, o con quien, estemos. Sin importar que, después de una noche de desvelo, deberemos ir a nuestros respectivos trabajos.
Asi que la próxima vez que vean a un felino agazapado, presten atención , tal vez este aguardándolos para introducirlos en el maravilloso y fantástico mundo de la escritura.

La decisión (Cuento)


La ciudad había despertado hacia un par de horas. El bullicioso concierto matutino de las aves, que anidaban en los frondosos árboles del parque, competía con el rugir de motocicletas y automóviles que transitaban por la doble avenida que separaba al parque del museo privado de ciencias naturales y sociales de la capital.
La luz blanca del semáforo indicó a los peatones el momento para cruzar la avenida. De entre el grupo de peatones, presurosos por llegar a sus respectivos trabajos, se destaca un hombre alto y delgado que vestido con un pulcro traje azul y zapatos de charol negros portaba un gran paraguas negro a modo de bastón.
El hombre, despreocupadamente y como si fuera dueño del tiempo, se dirigió a la escalera de mármol que daba acceso al museo. Se acercó al canillita que se encontraba junto a uno de las dos imponentes estatuas del legendario tigre dientes de sable, compro el periódico del día y ascendió las escaleras deteniéndose justo debajo del frontis del edificio, sostenido por seis gruesas columnas Dóricas de mármol con sus capiteles tallados. Tras observar por unos instantes el techo y a su alrededor, ingresó al salón principal del edificio donde colgado de la cúpula se hallaba el titánico esqueleto de una ballena azul.
  • Buenos días señor Director-saludó uno de los funcionarios apostados en el lugar.
  • Buenos días Gutiérrez, por lo que he visto los del servicio de limpieza nuevamente han omitido sacar las tela arañas y limpiar como se debe los mármoles del frontis. Llámelos y dígales que hasta que no terminen el trabajo no les daré un centavo. ¿Acaso esa gente cree que aquí regalamos dinero?
  • Está bien señor, lo haré ahora mismo.
  • Antes de hacerlo, dígame ¿llegó el artefacto que esperábamos ayer?
  • El sarcófago egipcio y su contenido llegó ayer por la noche. De hecho el profesor Croissant ya se encuentra con su equipo desembalándolo.
El Director, presuroso, se dirigió al tercer subsuelo donde, como había adelantado el funcionario, el arqueólogo ya se encontraba desembalando la reliquia.
  • Buen día Jacques- dijo el Director al arqueólogo en el preciso momento que este abría la tapa del sarcófago- ¿Te parece que hicimos buen negocio?
  • Buen día Wilson. Creo que sí. Ha sido una buena adquisición- respondió mientras observaba las inscripciones del sarcófago- Por lo que veo la momia en sí no ha sido “desempaquetada” como insistes en decir. Es de finales de la Dinastía XVIII, evidentemente un noble o sacerdote…probablemente una mujer… de entre quince y dieciocho años…Según estas inscripciones esta relacionada con la diosa felina Basted, lo que concuerda con la zona en que se la encontró…Tendría que hacer otros estudios para decirte más.
  • ¡Perfecto! Quiere decir que entre los trapos todavía puede haber sorpresitas. Aprovecha y utiliza el escáner computarizado que nos donaron los japoneses y si ves algo interesante ya sabes…catalogamos y a la vitrina… lo que sobre guárdalo en el sótano.
Las momias me recuerdan a unos chocolatines de mi infancia que traían ocultos juguetes dentro de ellos. Mis abuelos me compraban por decenas, y yo, luego de sacarles el juguete, guardaba el chocolate en la heladera… ¡Qué tiempos aquellos!
  • Recuerdo bien aquellas golosinas…y los empachos que me causaron- expresó el arqueólogo disimulando el disgusto que estas palabras le causaron mientras, con dos ayudantes, retiraban la momia del sarcófago y la colocaban en la camilla del escáner- Pero despreocúpate, con estos nuevos instrumentos que nos donaron los nipones sabremos hasta cuantas veces se refrió este sujeto.
  • Eso te lo dejo a ti y a tu gente, yo me encargaré del show de luces y sonidos que tengo preparado para lanzar la nueva sala mesopotámica…He contratado unas bailarinas exóticas que vestidas de sacerdotisas babilónicas danzaran y servirán vino a los presentes. Veras como en esta ocasión conseguiremos muchas donaciones para pagar los equipos y personal que solicitaste.
  • Tu siempre tan “practico” e ingenioso para conseguir dinero. Sin embargo creo que olvidaste el verdadero espíritu de la arqueología.
  • Bueno Jacques- dijo el director haciendo caso omiso de estas últimas palabras-, te dejo con tus juguetes nuevos. Iré a mi despacho a ultimar los detalles para la “exposición” babilónica.
  • Se que de ti y tu espectáculo dependen nuestros sueldos e investigaciones, pero no olvides que esto es un museo y no un local nocturno- expresó el profesor Croissant, mientras encendía el complejo escáner.
  • Descuida. Haré que terminen la danza de los siete velos cuando todavía les queden un par de estos- dijo despidiéndose para luego subir presuroso las escaleras, ingresar a su despacho y ponerse a leer el periódico.
Tras leer las noticias internacionales, pasó al suplemento cultural donde se encontraba un reciente reportaje que se le había hecho sobre la nueva imagen que se le intentaría dar al museo, junto a un articulo titulado “Patrimonio de la humanidad o botín egoísta” en el cual su autor, el profesor Horacio Salemi del Instituto de Investigaciones, proponía devolver las piezas arqueológicas de los museos a los países de origen y reemplazarlas por sus imágenes holográficas.
Creyendo absurda la propuesta del doctor Salemi continuó ojeando el periódico cuando, de pronto, sus ojos se detuvieron horrorizados en un titular que decía: “Fue desbaratada banda de profanadores de tumbas”.
El articulo, que seguía a continuación, detallaba como seis delincuentes habían violado los panteones del cementerio de la ciudad y, posteriormente, comercializaron los restos óseos que descansaban en ellos a los estudiantes de medicina. Inclusive, continuaba diciendo la crónica, se habían encontrado entre los objetos robados placas, cruces de bronce y un grupo de joyas de oro, plata y piedras preciosas. Entre estos, un anillo de oro del Barón Wilhem von Kraus, fundador del primer periódico de la ciudad con el que había sido sepultado en 1863, y rosario de coral con engarces de oro de doña Gertrud Hofmann, esposa del anteriormente mencionado.
  • ¡A que hemos llegado! Hoy en día ya no se respeta ni a los muertos-dijo indignado.
  • No comprendo de que se horroriza- dijo una joven que, sin que Director lo percatara, lo estaba observando hacia algunos minutos recostada en una imitación de sillón romano.
  • ¡Disculpe! ¿Usted cree que saquear una tumba e interrumpir el descanso eterno de un ilustre, como lo fue von Kraus, no es un acto despreciable? Además ¿quién la dejó entrar? ¿Quién es usted?- dijo ofuscado el Director.
La mujer, de unos dieciocho años, proporcionada figura y de estatura mediana, poseía cabellos lacios y negros como la noche, adornados por una delicada flor de loto blanca colocada detrás de la oreja izquierda. Lucia un vestido ajustado de algodón que caía desde debajo del pecho hasta los tobillos, sujeto con dos tirantes que le cubrían sus bien formados senos. Por ultimo desde los hombros, donde terminaba su cabellera, hasta sus pies descalzos, colgaba en pliegues una pieza de algodón a modo de capa.
  • Según tengo entendido usted pidió por mí. Y sí, tiene razón. Es un crimen despreciable profanar el descanso de los que ya no están entre los vivos y robar sus objetos personales vanagloriándose de ellos y exhibiéndolos en las vitrinas de sus palacios.
  • Ah, usted debe ser de las bailarinas que amenizarán la exposición… Aunque creo que… se equivocó de vestimenta…yo pedí bailarinas con atuendos de Babilonia…no de Egipto…aunque… ¿Quién se dará cuenta?-tartamudeo el hombre al observar en toda su magnificencia a aquella beldad.
  • No soy bailarina…soy sacerdotisa de Basted.
  • No importa que no sepa bail… ¿Sacerdotisa de quién?-dijo el Director dando un salto de su asiento y dirigiéndose hacia la ventana sobresaltado.
  • Soy Sacerdotisa de Basted del templo de la ciudad de Per-Basted, llamada por algunos …
  • Bubastis…y actualmente…Zigazig-dijo el Director pálido como una hoja de papel al percatarse que quien le hablaba era un espectro- ¿Qué clase de broma me esta queriendo hacer? ¿Quién es usted?
  • No es ninguna broma. Mi nombre es Irepamón y según tengo entendido, has entregado muchas piezas de oro para que se traiga mi sarcófago a este extraño templo-dijo con voz pausada y melodiosa.
  • ¿Qué quieres de mí espectro? ¿Por qué me atormentas? ¿Qué te he hecho?
  • No me has hecho nada más de lo que los hombres que en estos momentos están, con sus ojos y extrañas maquinarias, mancillando mi cuerpo. Tampoco me haces más que aquellos que profanaron los restos y bienes de tu ilustre von Kraus, su esposa y demás difuntos.
  • Mire se… señorita…No quiero que se enfade con migo pero… usted se equivoca. En estos momentos el Profesor Jacques Croissant esta realizando estudios sobre la momia…sobre su momia… para develar al mundo los secretos de su muerte y a través de estos los de su vida. Es gracias a estos estudios que el hombre puede conocer más sobre su pasado.
  • Y además “desempaquetarme” y quedarse con las “sorpresitas” que los sacerdotes guardaron entre los vendajes para protegerme en el viaje al Reino de Osiris – prosiguió diciendo cínicamente la aparición recordando las palabras que dijera el Director minutos atrás.
  • Este…eso…si…las… sorpresitas…Es una manera de decir…le prometo que lo que se encuentre será colocado en un lugar de honor en el pabellón Egipcio.
  • Me imagino que con el resto del tesoro robado a alguno de mis antepasados o descendientes, de la misma manera, que los hombres que menciona el extraño papiro que estaba leyendo hace unos instantes hacían con las joyas de los difuntos.
  • Pero señorita…usted esta confundida…El Barón von Kraus murió hace un poco más de ciento cincuenta años, en cambio usted… bueno… es parte de la historia de la humanidad y por ello todos tienen derecho de ver sus objetos. Para eso se inventaron los museos.
  • O sea que según usted, el respeto a los muertos y sus almas tiene fecha de caducidad. Esta muy equivocado y me entristece. No tienen ningún derecho de comprar, vender, intercambiar o exhibir a príncipes, sacerdotisas o cualquier difunto como si fueran un jarrón en un mercado exótico mientras las bailarinas danzan y sirven vino a los visitantes. Si quieren conocer su pasado, excaven, descubran y estudien los templos, ciudades, lugares de batallas, pero no profanen. Respeten a los muertos y a sus pertenencias. Porque si no lo hacen no tienen derecho a protestar cuando sus tumbas, o la de sus seres queridos, sean saqueadas y sus huesos y pertenecías vendidas al mejor postor.
  • No le digo que deje de tener razón pero, en mi defensa, le puedo decir que los museos se han creado para preservar la historia ya que muchos objetos serian destruidos por la desidia de las personas que actualmente viven donde ustedes lo hicieron. Por ejemplo, como bien dijo, usted fue sacerdotisa de Basted y su mastaba fue encontrada por casualidad, en la actual ciudad de Zigazig, mientras un hombre construía el sótano de su casa. Si los museos no existieran probablemente el hubiera intentado vender lo encontrado en partes o simplemente destruido al no poder hacerlo.
  • Conozco bien el suceso que llevo a interrumpir mi descanso. También estoy al tanto como es que llegué aquí sin que el faraón que gobierna hoy sobre Kemet, o Egipto como tú lo llamas, se entere…Creo que eso te pone en la misma situación de los estudiantes que compraron los huesos que mencionaba tu extraño papiro.
  • En realidad… no es lo mismo… Como dije anteriormente muchos pueblos de hoy, a pesar de sus glorias pasadas, se debaten en la miseria descuidando sus patrimonios históricos. Yo mismo he sido testigo de como una estatua de Ramsés El Grande era usada como baño publico. Es por ello que en el transcurso de los años gobiernos como el inglés, el alemán, francés e inclusive el norteamericano, entre otros, han invertido fortunas para rescatar de la destrucción al patrimonio de la humanidad que en esos países se encuentran.
  • ¿Realmente crees que los ejércitos franceses, ingleses, alemanes, turcos y sus gobiernos, entre otros pensaron, al pasar por mi amado Kemet y otros pueblos, sólo en proteger las reliquias que llamas patrimonio de la humanidad cuando cargaron sus barcas y llenaron sus templos…museos… con ellas? ¿O simplemente fue el oro de estas lo que los impulso a “protegerlas” en sus propias arcas? No veo diferencia en lo que hacían los generales asirios o hititas cuando masacraban una ciudad y saqueaban sus templos y palacios embelleciendo sus propias residencias con el botín conquistado.
Sin embargo sé que tienes parte de razón, ya que de no ser así no estaría aquí junto a los restos de un príncipe quechua y los restos óseos de una princesa de Elam. También he descubierto que tu mundo es muy distinto al mío y no puedo cambiar lo que está hecho, solamente pido ser tratada con respeto.
¿Quieren estudiar y aprender de mí y de mi pueblo? Bien. Pero una vez que concluyan sus estudios devuélvannos de donde nos encontraron y sellen el lugar para siempre. No nos arranquen de nuestro lugar de descanso para, luego de ultrajarnos y robar lo poco que nos queda, arrumbarnos apilados en un frió, polvoriento y solitario sótano, como si fuéramos sacos de granos, ánforas de vino o de cerveza. Eres un buen hombre y se que harás lo correcto.
  • Si que ha cambiado el mundo ¡y mucho!- suspiró el Director-. Desde antes de la invención de la rueda, el hombre ha evolucionado gracias a su capacidad de asombro y continua búsqueda de si mismo. Es cierto también que muchos, en especial a finales del siglo XIX, saquearon los tesoros de Egipto y otros pueblos con el conocimiento como pretexto. Sin embargo, mujeres y hombres, como el profesor Croissant, quieren con sus estudios de campo y de laboratorio, develar el oscuro manto que cubre el pasado de la humanidad. La tecnología de hoy ayuda mucho pero… solamente alguien que vivió en la antigüedad podría darnos las respuestas que buscamos.
  • Lamentablemente me pones en un dilema-continuó diciendo el Director-. Como encargado de este museo podría convencer al resto del Comité Directivo y devolver absolutamente todas las reliquias a sus lugares de origen, sin embargo al hacerlo me quedaría sin museo y sus empleados sin trabajo.
  • No precisamente... Lo acabas de decir. La tecnología hoy está al servicio del conocimiento…Te he escuchado leer las palabras del sabio Horacio…
  • ¿Te refieres a los equipos de proyección de hologramas del Profesor Salemi?- interrumpió el Director.
  • Sí. Aunque me gustaría que me expliques ¿qué es un holograma?
  • Es una técnica fotográfica mediante la cual, a través de un rayo láser, se obtiene la imagen tridimensional de un objeto determinado haciendo creer a quienes lo ven que realmente están ante este. Para que lo entiendas mejor, es como si fuera el fantasma del objeto.
  • Eso quiere decir que con esa magia los visitantes de este palacio podrían llegar a creer que están verdaderamente ante los tesoros de la humanidad.
  • Así es… pero… la exposición en poco tiempo perdería su atractivo y los mecenas pronto dejarían de interesarse en las distintas salas y por consiguiente de aportar su dinero destinado, en su mayoría, al costoso mantenimiento que desde ya tiene este edificio, sumado al costo derivado de las nuevas maquinarias y equipos.
  • Eres un buen hombre, tal vez un poco confundido pero bueno al fin. Estoy segura que conoces el dicho “una mano lava a la otra y las dos lavan la cara”. Si me ayudas y devuelves a los difuntos y sus pertenecías a sus tierras te prometo que te ayudare a que este templo sea el más visitado por muchos años.
  • ¿A qué te refieres?
  • Confía en mí. Yo confió en ti.
El Director se recostó en su sillón, colocó ambas manos extendidas sobre el escritorio, suspiró profundamente y preguntó a la aparición:
  • ¿Por qué me has elegido a mi y no a Jacques para decir todo esto? Te hubiera sido mucho más sencillo convencerlo.
  • A pesar que ambos son iguales en sentimientos hacia la búsqueda de la verdad su Ka y su Ba están en armonía con su cuerpo… los tuyos no. Tú precisabas reencontrarte y hacer que tu cuerpo, a través de tu Ka o fuerza vital, obedezca lo que tu Ba, o alma, pedía a gritos hace tiempo, haciendo de esta manera que vuelvas a la senda que se te ha trazado. Esa fue una de mis misiones. Por eso lo hice.
Varios golpes insistentes a la puerta del despacho interrumpieron la conversación:
  • Wilson ¿puedo pasar?-preguntó el profesor Croissant.
  • Pasa Jacques…
Irepamón sonrió dulcemente al director y dijo para luego desvanecerse ante sus ojos:
  • Cumple tu parte y yo haré lo mismo. No te arrepentirás.
  • ¿Hablabas solo de nuevo?-dijo el arqueólogo sonriendo, mientras entraba al recinto.
  • No…este…estaba leyendo en voz alta. ¿Has averiguado algo sobre Irepamón?
  • ¿Cómo sabes el nombre de la sacerdotisa? Si… acabamos de descubrirlo en este escarabajo de oro que se encuentra entre las vendas en el lugar donde debería estar el corazón-expresó el arqueólogo señalando el objeto en unas fotografías que se habían tomado con el moderno escáner japonés.
  • Mmm… tú me lo acabas de decir… ¿no recuerdas?-mintió el Director.
  • No. Estoy seguro que no…
  • Mmm amigo…creo que estas perdiendo el juicio. Deberé darte vacaciones… Pero dime…hablando de trabajo: ¿Desvistieron a la mujer…? digo… ¿llegaron a despojar de sus vendajes a la momia?-pregunto mirando al lugar donde hacia unos instantes se encontraba la aparición.
  • No…justamente venia a que firmes las formas autorizando el procedimiento para extraer esa joya además de un par de Ushebtis…unas estatuillas que se guardaban en los vendajes del difunto para que sirvieran en los quehaceres domésticos al difunto en el reino de Osiris.
  • Se que son los Ushebtis, recuerda que fui con tigo a la universidad… ¿Crees que podríamos aprender algo más de Irepamón sin despojar a la momia de los vendajes?
  • Podría hacer algunos estudios sobre su ADN, enfermedades…Pero dime ¿te sientes bien?...Hace menos de una hora hablabas de la momia y sus secretos como si fuera un chocolatín con sorpresa y ¿ahora sólo quieres utilizar el escáner?
  • Me siento bien…me duele admitirlo pero tenias razón cuando dijiste que pensaba transformar el museo en un local nocturno…en un burdel con bailarinas exóticas…Los difuntos y el pasado merecen más respeto… Ve, continúa con tus estudios sobre Irepamón, mientras, yo cancelaré lo de las bailarinas y luego hablare con Horacio Salemi del Instituto de Investigaciones para que nos provean de esos sofisticados proyectores de hologramas que insistentemente nos ha estado ofreciendo desde hace varios meses. Una vez que termines tus estudios llamaré a los museos de El Cairo, Bagdad y Cuzco para informarles que tenemos objetos y reliquias que les pertenecen.
  • Veo que estás decidido pero… no creo que te sea tan fácil devolver las reliquias.
  • Lo se, pero pierde cuidado. Con la próxima exposición convenceré al Consejo Directivo-dijo recordando la promesa de la sacerdotisa.
  • Me gusta tu idea y, como sabes, siempre estuve de acuerdo en reemplazar las piezas con hologramas pero… ¿Qué te ha hecho cambiar de decisión?
  • Si te lo dijera no me creerías. Solamente te diré que desde ahora creo firmemente que si no respetamos a nuestros prójimos, incluyendo entre estos a los difuntos y sus reliquias, no tenemos ningún derecho de exigir el respeto que negamos.
Un par de semanas después la exposición que incluía varios hologramas fue un éxito, como lo adelantara el Director, debiéndose prolongar por un par de semanas más.
Tiempo después las reliquias originales, en su totalidad, regresaron a sus tierras siendo remitidas a sus principales museos. No tardo mucho tiempo en que la mayoría de los museos del mundo, al ver el éxito del profesor Wilson Jacks, siguieron su ejemplo devolviendo los restos humanos y sus pertenencias al lugar donde habían sido extraídos.
La nueva era de los museos había nacido.
Sin embargo, a pesar del gran éxito que mundialmente todas las exhibiciones tenían, ninguna podía competir con las del Director Wilson.
Miles de personas, incluyendo científicos e investigadores de todas partes, hacían largas filas alrededor del museo para poder ingresar y ver la incalculable colección de hologramas, en especial uno, extremadamente sofisticado cuyo secreto sólo el Director Wilson y su amigo Jactes Croissant conocían, de una sacerdotisa egipcia llamada Irepamón que increíblemente respondía a toda pregunta que cualquier visitante le hiciere.

Cuando crezcas lo entenderás(cuento)



Desperté aturdida y con la boca pastosa. El olor a éter y desinfectante me envolvía mientras retumbaba en mi cabeza el reiterativo y monótono bip, bip, de un monitor. Intenté abrir los ojos pero mis pesados parpados me lo dificultaban, aunque logré divisar la claridad de una ventana cercana.
  • Buenos días, ¿como se siente hoy?- escucho decir a una enfermera que revisa y toma notas.
Intenté incorporarme pero un fuerte dolor, en el lado izquierdo de mi espalda, al nivel de las vértebras lumbares, me hace recordar el motivo por el cual me encuentro en aquella habitación.
  • La operación fue un éxito y su amiga ya se encuentra recuperándose… de hecho, a estas horas su avión estará por despegar rumbo a Suiza- volvió a hablar la mujer trayéndome un vaso de agua.
  • Gracias señorita-dije intentando esbozar una sonrisa- En realidad no es mi amiga es a la presidenta de la empresa donde trabajo a quien doné mi riñón. ¡Ha sido una verdadera suerte! De los mil funcionarios que tiene la empresa sólo yo era compatible… ¿Se imagina que hubiera pasado si no lo hubiera sido?
La enfermera me miró como si no comprendiera lo que acababa de decir, acomodó mi almohada e indicó:
  • Ahora descanse. Si sigue las indicaciones del doctor pronto podrá volver a sus actividades… Ah, lo olvidaba. Un tal Osvaldo estuvo preguntando por usted y dijo que volvería mañana.
  • Osvaldo…si… mi asistente del departamento de desarrollo…de seguro querrá preguntarme algo referente a la publicidad que tenemos que lanzar en dos semanas.
  • Si lo desea puedo hacer que el médico prohíba las visitas así usted podrá descansar sin molestas visitas.
  • Descuide…esa publicidad es importante y yo estoy a cargo de que todo salga bien… es una cuenta muy importante y no podemos perderla.
  • Disculpe pero su salud debería estar en primer lugar. Recuerde que acaba de donar un riñón.
  • Estaré bien… Una conversación no afectará mi salud, pero el no hacerla puede afectar el futuro de mi empresa… ¿Cómo se sentiría usted si le fallara a su familia? The golden world of the publicity es mi familia. El no estar con ella en un momento tan crítico hablaría muy mal de mi profesionalismo.
Al día siguiente desperté cuando era trasladada a otra habitación. Mientras me conducían en una camilla al ascensor escuché una discusión entre la enfermera, mi médico tratante y un hombre de traje, que reconocí como un abogado de mi empresa.
  • ¿A qué se debe mi traslado de habitación?-pregunté cuando el médico que había realizado la cirugía ingresó a la habitación.
  • Disculpe Señorita Patricia -dijo el galeno- No comprendo… debe haber algún error… al parecer, su empresa, que como bien sabe es la que abonará por la cirugía y su posterior atención, nos ha pedido que sea trasladada a una habitación menos honrosa y por lo tanto compartida.
  • Bueno, si es así no se preocupe… En esta época de crisis, para que una familia subsista se deben hacer recortes en los gastos superfluos…
  • ¿Superfluo?... recuerde que se le ha extirpado un riñón…Cualquier infección…
  • ¿Este es o no el mejor hospital del país? Tome los recaudos necesarios y como le dije no se preocupe.
  • Como quiera…En media hora trasladaré a la cama contigua a un niño que ha sufrido un accidente de trancito.
Media hora después, como dijo el médico, entró en la habitación la enfermera trayendo a un niño de unos seis o siete años con una pierna y brazo enyesados, junto con una mujer, justo en el momento en que ingreso a la misma mi asistente Osvaldo Galeano.
La enfermera cerró la cortina que separaba mi cama de la del niño y se marcho.
  • ¿Cómo se siente jefa?
  • Deseosa de salir de este hospital… ¿No sabes nada de la Señora Cristina?
  • La presidenta arribó sin problemas a Suiza y ya esta instalada en una suite del mejor hospital de Zurich donde la están atendiendo con los máximos cuidados…Según Richard, su asistente, se estima su alta dentro de tres meses.
  • ¿Tres meses? Yo no podría estar tanto tiempo inactiva…
  • Tienes razón, es una locura. Pero así son los suizos. Por suerte te tengo buenas noticias en cuanto a tu estadía en este lugar. Nos hemos encargado, y si todo sale bien te deberán dar de alta en no mas de dos semanas.
  • ¿Dos semanas?... ¿No será poco tiempo?
  • Para nada, nuestro vicepresidente ya se informó en Internet que en ese tiempo estarás casi como nueva.
  • Tienes razón Osvaldo. ¡La empresa me necesita ahora más que nunca que la señora Cristina está en Suiza! Además está la campaña nacional de Sopa Rica…
  • No te preocupes. Sabes bien que nuestra empresa es una madre. Nuestro vicepresidente te ha enviado esta Notebook con Internet y este teléfono móvil para que puedas estar en contacto con nosotros. ¡Quién como tú! Ojala yo pudiera trabajar desde mi cama.
  • Esas son las ventajas que una tiene por haber salvado la vida de la presidenta-dije feliz, mientras encendía el equipo que gentilmente me habían facilitado.
  • Además yo te he traído de regalo esta remera para que te sientas como en casa.
  • Gracias Osvaldo, es un bonito detalle…Ya los estoy extrañando mucho-dije poniéndome con dificultad aquella remera con la leyenda “Madre hay una sola, gracias The golden world of the publicity por existir”.- Esto me ayudará para recuperarme y reincorporarme cuanto antes.
Luego de pasar más de un par de horas conversando sobre la campaña publicitaria cuyo plazo se nos venía encima el doctor ingresó a la habitación e informó que el horario de visitas había culminado.
Me despedí de mi asistente prometiéndole que permanecería conectada y pendiente de sus llamados lo que al galeno, al decir de su cara, no le agradó para nada.
  • Señorita- dijo el médico desde la salida luego de revisar a mi compañero de cuarto- le recomiendo que descanse. De ello y que se alimente según la dieta prescripta, depende su recuperación.
Ante la insistencia del galeno, apagué mi computador y lo coloque junto al teléfono, en la mesa de luz. Recién después de esto, el médico, se retiró de la habitación seguido por la mujer que cuidaba al niño.
  • Soy Jorge, pero mis amigos me llaman Jor.
Mire hacia donde venia la vos y vi al niño que se asomaba detrás de la cortina.
  • Mi nombre es Patricia-dije mientras volvía a encender la computadora y revisar mi trabajo.
  • Qué suerte tienes Patricia de que tu madre te deje jugar en la cama con la compu- expresó el niño.
  • ¿Mi madre?...Chiquito…Es una manera de decir, además yo no juego con la computadora. Estoy trabajando.
  • ¿Usted trabaja estando enferma? Qué pena… por suerte a mi me dejan que falte a la escuela mientras me recupero de mis heridas.
  • Lamentablemente yo no puedo atrasarme en este trabajo, muchas personas dependen de mí.
  • ¿Y no tiene algún compañero que le ayude con la tarea? Mi amiga Caudita me prometió que copiará mi tarea y me la pasará cuando regrese a casa.
  • Mi amor… mi trabajo no es una simple tarea de escuela…Cuando seas grande vas a entender- dije al tiempo que atendía una llamada proveniente de la oficina.
Una vez que colgué el niño volvió a hablar.
  • ¿Su hijo la va a llamar?
  • No tengo hijos.
  • ¿Y su esposo?-insistió.
  • No soy casada y mis padres murieron hace algunos años. Soy una diseñadora grafica y publicista profesional y mi trabajo no me deja tiempo para trivialidades… Cuando seas grande comprenderás…-dije al descuido, mientras enviaba un mail a la oficina.
  • El niño entristeció y no pronunció palabra por unos minutos, después de lo cual volvió a preguntar:
  • ¿Tienes alguna mascota? Yo tengo a Kater, mi gato.
  • ¡Que suerte tienes! Yo no tengo tiempo para cuidar mascotas ya que estoy fuera de mi casa casi catorce horas-respondí mirando por encima de mis lentes al niño.
  • Entonces ¿no tiene familia? Has de estar muy sola.
  • En eso te equivocas chiquito, mi familia son mis compañeros de trabajo, como el que acaba de irse.
  • Pero los compañeros no te cuidan cuando estas enfermo, no te arropan cuando te vas a dormir, no te hacen mimos. Eso solo lo hacen los miembros de la familia.
  • Los grandes nos cuidamos solos. Aunque te confieso que a veces me gustaría un beso de buenas noches.
  • ¿Quieres que te de un beso de buenas noches?-dijo el niño.
  • Tal vez después… Ahora debo terminar este informe y enviarlo por mail para que mañana temprano mis compañeros puedan hacer su trabajo.
  • Jorge, debes dormir…no molestes a la señora ¿No ves que esta trabajando?-dijo la enfermera.
  • Hazle caso a la señorita y ve a dormir Jor. Mañana seguiremos conversando- indiqué mientras volvía a sonar el teléfono.
Una semana después, acababa de enviar el borrador final de la campaña publicitaria cuando Jorge preguntó.
  • ¿Qué vas a hacer cuando salgas de este hospital?
  • Ir a trabajar, ¿Qué otra cosa puedo hacer? ¿Tú que harás?
  • Me acostaré en el pasto del parque y buscaré imágenes en las nubes. Una vez vi a un dragón que salía de un zapato ¿Quieres venir con migo?
  • Suena interesante, pero no podré. Si nos aprueban la campaña publicitaria, y se que lo harán, tendré mucho trabajo.
  • Con mi mamá caminábamos horas en el parque buscando a las crisálidas a punto de eclosionar para ver salir de ellas a las mariposas. ¿No te gustaría ir a ver como las hormigas llevan su pesada carga al hormiguero? ¿Sabias que una pequeña hormiga puede llevar varias veces su peso sobre sus espaldas? Es como si yo llevara en mi espalda a un elefante…
  • ¡Que interesante! Estoy segura que cuando salgas del hospital podrás hacerlo… discúlpame un instante…esta sonando el teléfono…
  • Hola, ¿Osvaldo? ¿Qué pasó?
  • Patricia, El vicepresidente quiere hablarte…mas vale que no lo contradigas…te paso-respondió mi asistente.
  • Hola, ¿Patricia? Marcelo te habla.
  • Buenos días señor, ¿en que puedo ayudarlo?
  • Mira Patricia, no se como vas a hacer pero tenés que venir ya a la oficina. Aprobaron la campaña de “Sopa Rica” pero los empresarios necesitan que esté todo listo para dentro de dos días.
  • Pero…si la campaña se lanzaría dentro de una semana.
  • Tú lo has dicho “se lanzaría”. El problema es que gusto tanto que quieren lanzarla a nivel mundial ¿Te imaginas nuestra publicidad traducida al ingles, chino, ruso, afgano…?
  • Pero todavía no me siento bien… y aunque lo estuviera, el doctor no me dará de alta hasta la próxima semana, inclusive dijo que podría prolongarse hasta una semana más.
  • Mira Patricia: la empresa se está desangrando para pagar tu cuenta del hospital, lo mínimo que podes hacer es devolvernos el favor. No me importa como vas a convencer al médico para que te de de alta…en todo caso fúgate, pero te necesito para ayer. O me veré obligado a tomar medidas que no me agradarán y mucho menos a ti. Se que eres conciente que muchos quieren trabajar en nuestra empresa y que pocos somos los privilegiados.
Luego de decir esto el vicepresidente de The golden world of the publicity colgó el teléfono sin dejarme decir palabra.
  • ¿Qué se habrá creído? ¿Acaso soy una máquina? Se llena la boca con “nuestra campaña” y el no hizo nada…además de casarse con la presidenta de The golden world of the publicity. ¡Ni siquiera me felicito! Además si estoy aquí es por donar mi riñón a su esposa… ¿Qué mayor sacrificio que ese? ¡Ellos me deben a mi!-dije ofuscada.
  • Sabes que Patricia-dijo Jorge mientras jugaba con un pequeño auto rojo- yo que vos agarro al proyecto de la sopa y al tipo ese, los meto al inodoro y estiro la cadena. Si no lo entiendes, cuando crezcas lo harás…
Las palabras del pequeño me hicieron soltar una fuerte carcajada que me hizo sentir liberada. Cómo si de mis espaldas acabaran de sacarme al monte Everest.
Es aquel pequeño ser, para muchos inmaduros, el que me estaba dando una lección.
Fue cuando me pregunté ¿Quién es el inmaduro, Jorge, que me estaba dando una metafórica y sabía solución, o yo que hasta ese momento me había encaprichado en reemplazar mi vida por un trabajo que me estaba desangrando como sanguijuela? ¿Por qué un “inmaduro” puede ver lo realmente importante de la vida y un “maduro”, que encima se vanagloria diciendo “cuando seas grande lo entenderás”, no? ¿Será que lo que llamamos proceso de maduración es en realidad una involución? O simplemente el individuo mientras madura se contamina con el egoísmo, la vanidad, la avaricia y pierde en el proceso su identidad, transformándose en uno más de los tornillos de una insaciable maquinaria que termina por devorarnos.
  • ¿Sabes Jorge? Tienes razón… Ven a mi cama. Haremos una llamada.
El niño sorprendido saltando con su pierna sana y agarrándose de la pared, alegremente, se metió en la cama junto a mí.
Dizque el número telefónico de The golden world of the publicity y luego de esperar la comunicación con el vicepresidente dije:
  • Hola Marcelo, he comentado tus palabras con mi asesor de vida y me ha recomendado que metas el proyecto de Sopa Rica en el lugar más recóndito de tu anatomía…, digamos unos centímetros por debajo del cóccix, y luego pidas ayuda a Richard o; si lo prefieres a Osvaldo, para que luego de introducirte dentro del inodoro de tu oficina estire de la cadena. Un disgusto hablar con tigo…mi renuncia te debe estar llegando en este momento por mail a tu computador.
Corté la comunicación, sin que el vicepresidente pueda emitir palabra, y abrazando y besando fuertemente al niño dije:
  • He perdido mi trabajo pero estoy feliz. Gracias a ti me he despojado del traje confeccionado con manipulaciones, envidias, competencias y mentiras, con el que la sociedad me dijo que debía salir al frió mundo. Desde hoy me vestiré un traje hecho a base de sinceridad y amistad desinteresada. Te prometo que cuando salgamos de este hospital retomaré el habito de observar en vez de simplemente mirar, y te acompañaré a descubrir castillos y dragones en las nubes, y si lo deseas nos acostaremos sobre el pasto del parque para seguir con la vista a las hormigas que llevan hojas a su hormiguero.
  • ¿Entonces no trabajaras más?-pregunto el niño.
  • ¿En ese horrible lugar? !Jamás¡
  • Pero ¿Qué has hecho? Ahora te has quedado sin familia al igual que yo estarás sola en el mundo Ni siquiera mascota tienes…
  • ¿Acaso no tienes familia?
  • Jorge perdió a sus padres en un reciente accidente de trancito. Él fue muy afortunado al salir de este con fracturas mínimas-dijo el médico.
  • ¿Y quién paga su tratamiento?-pregunté.
  • En un principio el tratamiento ha sido costeado por el orfanato al que fue derivado legalmente…pero de un tiempo a esta parte la institución ha dejado de pagar, por lo que no puedo darle de alta, aunque esto no impide que las cuentas sigan acumulándose.
La vergüenza y el sentimiento de culpa me embargo por completo. Estuve todo este tiempo compartiendo la habitación con aquel pequeño angelito y no estaba enterada que era huérfano…apenas sabia su nombre. Mi gran anteojera llamada The golden world of the publicity me había segado por completo. Era hora de despertar.
  • Mire Doctor, estoy segura que The golden world of the publicity dejará de pagar desde hoy mi cuenta así que quiero abonar la cuenta de Jorge y la mía hasta el alta.
  • Señorita, le agradecemos…pero esa no es su obligación.
  • Doctor, estuve dormida no se desde cuando…es hora de volver a vivir y hacer lo que realmente importa aunque haya quienes digan que es una locura sin sentido…
  • En nombre del personal de este hospital le vuelvo a agradecer su gesto. Avisaré a la administración para que tomen los recaudos necesarios.
  • Antes de irse doctor ¿Podría comunicarme con la gente del orfanato?
  • Bajo a la administración y le paso la llamada.
Dos semanas después Jorge y yo salimos de aquel hospital.
Hoy, seis meses después, tengo un nuevo trabajo. Gozo de la vida y del presente y vivo feliz bajo el mismo techo con Jorge y su gato Kater.
Una vez leí una frase escrita por el escritor y filosofo indio Rabindranath Tagore que decía: “Cada niño al nacer, nos trae el mensaje de que Dios no ha perdido aún la esperanza en los hombres”. Ese mensaje me lo transmitió mi hijo Jorge, gracias a quien crecí como persona.
Ya no visto la remera de The golden world of the publicity, ni la de ninguna otra empresa o corporación, hoy visto la remera de Jorge, Kater y Patricia, la remera de mi familia. La única que importa… si no lo comprendes, cuando crezcas entenderás.