Cuentos en el blog

viernes, 14 de agosto de 2015

Patriotismo es valorar nuestro pasado


Vivimos en un mundo en el que se nos hace pensar que sólo importa lo inmediato, lo banal, lo no durable, vivir la vida hoy. Lo que haya pasado antes o lo que venga después no importa y lo que nos rodea debe ser construido, destruido o edificado en función a esa premisa. 
Lamentablemente para aquellos que siguen y viven en función de estas premisas lo pasajero reemplaza a lo esencial y lo “moderno”(lo bueno) reemplaza a lo “viejo”(lo malo y caduco).


Es una pena recorrer las calles y ver como las topadoras demuelen con saña una antigua casona para transformar el terreno que ocupaba en un estacionamiento o un centro comercial, o simplemente dejar que el tiempo termine con ella para tener la excusa justa para derrumbar el predio.
A pesar que digan que nado contra la corriente no estoy de acuerdo y estoy convencido que “un pueblo que desconoce y desprecia su pasado no puede comprender su presente y mucho menos puede proyectarse a un futuro promisorio.
¿Y cómo proyectarnos a un futuro con identidad si despreciamos los pocos vestigios del pasado que aún resisten al embate del tiempo y a la desidia de la cultura de la inmediatez?


La semana pasada viaje a la ciudad de Concepción y me encontré con un retazo de historia, la vivienda de un héroe nacional, que como muchos de su época defendieron fieramente este país. 
El antiguo habitante de esa casa integró la comitiva paraguaya de mediación entre la Confederación Argentina y el estado de Buenos Aires. Fue nombrado Comandante de la guarnición de Concepción, donde organizo la caballería que tendría destacada actuación en la Campaña de Mato Groso y posteriormente fue designado comandante de la División del Sud cumpliendo con éxito las ordenes de López de replegarse hacia el Paraguay cruzando el Río Paraná con miles de cabezas de ganado.

Peleo con valor en Tuyutí, ganando la Orden Nacional del Merito y finalmente desde Azcurra, asumiendo el mando del 1ª cuerpo de ejercito organizó la retirada de López, su gabinete y comitiva.

Este héroe es el General Francisco Isidoro Resquín y su casa de Concepción, que debería ser la oportunidad para recordar y valorar todo lo que él ha dado por esta tierra, lamentablemente, de no hacerse algo a la brevedad, seguirá el triste camino de la casa de los gobernadores españoles en Asunción, la casa “amarilla” del Mariscal López junto al actual panteón de los héroes, la casa en la que vivió en su infancia Roa Bastos en Villa Morra, la casona del mismo doctor Morra ubicada detrás de la plaza Infante Rivarola y otras tantas casonas y palacios que constituían una huella de nuestro pasado, una capsula del tiempo donde, de estar todavía en pie, el visitante podría ver y comprender a sus antiguos moradores a través de sus objetos y no conocerlos por una lectura obligatoria en la escuela, una estatua o un busto de bronce o latón.
Muchos hablan de patriotismo o se rasgan las vestiduras durante un partido internacional de fútbol, sin embargo no levantan un dedo ante la destrucción del patrimonio nacional y más aun si sobre sus restos podrán en la brevedad estacionar su automóvil o comer una hamburguesa.
Creo que es hora de valorar, restaurar y cuidar a nuestro patrimonio cultural y a través de él conocer a nuestros héroes e historia ya que sólo así podremos “con identidad” proyectarnos al futuro que nos merecemos


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