Cuentos en el blog

sábado, 30 de mayo de 2015

El cetro del Tahuantinsuyo


En la novela corta: "El cetro del Tahuantinsuyo", un escritor, que viaja para conocer Machu Picchu y otras ciudades emblemáticas del actual Perú, termina enredado en una serie de aventuras peligrosas cuando ingresa al pasado como visitante del futuro mediante un pasaje secreto que le permite viajar a través del tiempo en los momentos finales del Imperio inca (finales del siglo XIV).

Un sacerdote y posteriormente una bella sacerdotisa perteneciente a la más alta nobleza, convencen y colaboran con el escritor, ayudándolo en su misión sagrada: la devolución al dios del "sunturpauccar" de Manco-Capac, el cual, siendo una especie de santo grial, es el espíritu mismo del Imperio. Esta reliquia no debe caer en manos indebidas y mucho menos en las de los conquistadores españoles, debiendo ser preservada para un futuro lejano en donde el Imperio resurgirá de sus cenizas.

Las peripecias del escritor en cuestión se desarrollan como en un cuento épico. Gracias a nativos, que lo ayudan como guías y traductores, vence peligros incalculables y es salvado muchas veces por cóndores, pumas y serpientes enviados por los dioses y fuerzas sobrenaturales.
Alejandro, como en el caso de su tetralogía egipcia "Travesías de Waty el escriba" y la novela "La princesa sin rostro", demuestra un gran conocimiento de la cultura, religión y costumbres de los habitantes de Tahuantinsuyo y de la heroica lucha de este pueblo para liberarse de la invasión extranjera. Combinando la historia con las aventuras, el autor, nombra a los sitios, animales y monumentos como se los designaba en épocas antiguas, al tiempo que los grandes ríos, como el Urubamba, siguen corriendo caudalosamente entre las piedras y los desfiladeros de la región andina.
La novela crea mucho suspenso y se desarrolla como un thriller emparentado con los viajes en el tiempo y la destrucción de civilizaciones milenarias.

Osvaldo González Real

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