¡Muchas gracias por confiar!

Como muchos saben el 2 de noviembre pasado, coincidiendo con mi cumpleaños 44 y doce años de mi visita a el mágico país del Nilo, ha visto la luz mí sexto libro, “El juego de los dioses”, presentado de forma amena, ingeniosa y por supuesto magistral por Juan de Urraza, escritor especializado en el genero de la ciencia ficción. Que mejor manera que festejar estos dos importantes eventos de mi vida con el lanzamiento de la ultima parte de mi primer saga “Travesías de Waty el escriba”.

Cada lanzamiento, al igual que un nacimiento, es distinto y trae, además de todos los “inconvenientes” que solo los más cercanos conocen, grandes sorpresas y estas no se hicieron esperar ya que entre los presentes se encontraron se encontraban los tres escritores presentadores de los libros anteriores, Emilio Pérez Chávez, Victorio Suárez y Moncho Azuaga. El lector de este blog que no conoce el medio literario de Paraguay puede preguntarse ¿Que puede tener de sorpresa este hecho? Por lo que debo aclarar que hacia tiempo que no veía a estas inminencias juntas en un lanzamiento, en especial a Emilio Pérez Chávez primer escritor que me animó a seguir en el camino de las letras, quien debido a sus actividades y viajes al extranjero hacia tiempo no se lo veía por lanzamiento alguno.

Pero estos tres escritores, además del presentador no fueron los únicos de relevancia ya que también se encontraban las recientemente galardonadas por el 4º y 5º puesto en el premio municipal, Dirma Pardo de Carugatti, e Irina Rafols, la escritora Maria Eugenia Garay, Feliciano Acosta, Maria Eugenia Ayala, Deysi Chaparro, Leni Pane, Francisco Perez Maricevich, Oscar Pineda, entre otros destacados.

Cabe mencionar como hecho curioso que al terminar el lanzamiento, antes de que los presentes se dirijan al patio “Castelvi” en donde se realizó el brindis, se llevó a cabo una breve conversación entre los presentes sobre la literatura paraguaya y el intento que desde la Sociedad de Escritores del Paraguay estamos realizando para “internacionalizar” nuestras obras y los intentos del pasado para la concreción de este fín.

Pero esto no acaba ahí, ya que además de Vidalia Sánchez, directora de la editorial Servilibro que confió desde mi primera novela en mi trabajo, se encontraba la profesora Maria Teodolina Díaz, Directora General de Editorial Lina, editora de mi primer cuento infantil y de mi próxima saga.

Es evidente que tan prestigioso publico, además de las entrevistas radiales de Jorge Garbet en Radio Ñanduty y Carlos Martini en Radio Caritas y posteriormente en canal 13, como también las publicaciones periodísticas en diario La Nación (Milia Gayoso), ABC Color (Lisandro Cardoso) y Ultima Hora (Rosalía Ciccioli), indican que uno va por buen camino en este difícil mundo de las letras.

Es difícil encontrar las palabras exactas para agradecer a los anteriormente nombrados y a cada uno de los presentes a este evento, como también, a los que no estuvieron pero tuvieron una importante participación en la concreción de esta tetralogía, entre ellos: los dibujantes Andrea Piccardo y Juan Moreno, encargados de representar gráficamente y darle vida e imagen a los distintos personajes y coronar cada libro con las extraordinarias portadas; a los correctores Raúl Silva Alonso, Viviana Insaurralde y Alicia Colman, quienes supieron disimular mis errores; a los diagramadores Marcos Condoretti, Natalia Domenech y Bertha Jerusewich, encargados de darle forma de libro a mis extensos manuscritos; y por ultimo a cada uno de los hombres y mujeres de las distintas graficas que intervinieron en el proceso para que estas cuatro novelas lleguen a las manos del publico.

Pero este agradecimiento no estaría completo sin mencionar a las dos personas que me marcaron a fuego iniciándome en el gusto por la historia en general y en la de Egipto en especial: mi madre Tamara von Eckstein de Hernández, quien desde niño en vez de narrarme los clásicos cuentos infantiles me contaba sobre extraños animales extintos y milenarias civilizaciones, como la maya, azteca, inca, griega y en especial la egipcia; y a mi profesora Margarita Berta Arias quien lamentablemente, como diría mi escriba Waty ha cruzado con la barca sagrada al reino de luz, pero desde ese lugar es el faro que ilumina mí camino en la difícil tarea de hacer amena y divertida la enseñanza de materias tan resistidas, por los niños, como los son la historia y la geografía.

A todos los mencionados y a todos los que de una manera u otra hicieron posible que se haga realidad este sueño:

¡MUCHAS GRACIAS!