Cuentos en el blog

martes, 12 de junio de 2018

De ferias y libros que buscan dueños

Me quedé con las ganas de varios libros. ¿Cuánto cuesta este de Murakami? 130.000 dijo el vendedor sin pestañear. Entonces pensé para mis adentros, en lo mucho que me cuesta vender cualquiera de mis libros, cuyos precios no pasan de 35.000 guaraníes.
¿Y esta edición completa de García Márquez? Mejor no les cuento la respuesta. Me conformé con un libro más barato que el autor japonés publicó hace ya varios años, y continué esperando el momento de decidirme a pagar casi 200.000 por el último libro de Harper Lee. Sí, estoy hablando de mi experiencia en la Feria Internacional del Libro de Asunción, edición 2018, que ayer cerró sus puertas.
Parafraseando a Chiquita Barreto me dije a mí misma: Mi misma, dejá de sentirte mal por no poder comprarte veinte libros, estás acá para acercar a los niños la lectura, no para leer vos. Tiene razón la Barreto, hay que aclarar bien las cosas para encontrar el lado positivo a la muestra librera, una de las más completas que he visto en los últimos años, en cuanto a actividades se refiere.
Al contrario de lo que sostenía hoy en la red social Facebook un apreciado historiador que no voy a nombrar para que no me fumigue: la feria estuvo llena de maestros y de escolares. Los he visto con mis propios ojos, porque Dios me ha regalo energía para ir casi todos los días a cumplir con algún enriquecedor compromiso.
Sólo para nombrar algunas actividades muy convocantes en torno al libro y a la lectura, quiero mencionar al Safari Cultural Yoleo que organiza la Unesco con el Ministerio de Educación, y que en dos jornadas, dedicadas a la literatura y a la historia, juntó a alumnos de colegios de varias partes del país, como Benjamín Aceval (Chaco) y Sapucai, además de Asunción y alrededores.
Las actividades denominadas “Encuentro con el autor”, y que se han desarrollado prácticamente todos los días de mañana y de tarde, han juntado a los alumnos lectores con los autores de los libros que trabajan en las aulas, con maravillosos resultados para ambos. Los niños tienen la posibilidad de despejar todas sus dudas con respecto a la obra y descubren que el escritor/a es un ser de carne y hueso que lleva al papel hechos cotidianos condimentados con la fantasía. Y los escritores se nutren del cariño de esos lectores de estreno o ya experimentados.
Otras de las actividades fantásticas que se realizaron en el marco de la FIL 2018 son las que llevó a cabo Clubdelibros Paraguay. Liderado por dos quijotes: Feliciano Acosta y Alejandro Hernández, este año convocaron a dos representantes de las centrales de Costa Rica (Evelyn Ugalde ) y de Argentina (Patricia Aurelio), y realizaron unas jornadas maratónicas e inolvidables que los llevó hasta Concepción y hasta a una escuela de 120 alumnos en una pequeña localidad que queda cruzando el río, además de todas las que realizaron dentro de la feria. También se debe destacar el trabajo de los narradores y cuentacuentos que trabajaron muchísimo y tuvieron eventos muy concurridos.
En cuanto a los maestros, la editorial Atlas organizó una jornada de capacitación docente, dictada por Nelson Aguilera, a la que acudieron muchísimos docentes. Esto enmarcado entre las actividades diarias dirigidas a los mismos, en lo que se llamó Semana de la Educación, con muchos actos.
No podemos dejar de mencionar las presentaciones de nuevos libros, de autores nacionales y extranjeros, que vienen a enriquecer la oferta librera (claro, no a los escritores). Pero que, sin embargo, tiene una enorme importancia para un país que se va acostumbrando, lentamente, pero se va acostumbrando, a leer. Como diría mi abuela, nahenduséi (no quiero escuchar) que en Paraguay no se lee. Esto está cambiando, no se lee como en la Argentina que la gente viaja en los trenes con un libro en la mano, o como en los países europeos donde hay tantas librerías como aquí los carritos de lomitos.
Pero se está instalando la costumbre de invertir en libros, especialmente para los niños, que es la etapa donde se les debe inculcar el amor a la palabra impresa. ¿Cómo se explica que las editoriales editen tantos títulos si no vendieran?
El domingo, presentó su nueva novela, “Humo”, una escritora ecuatoriana que ubica su historia en Paraguay, un país donde vivió un tiempo y que la ha marcado en el corazón. Ella, premiada y exitosa, lo reeditó acá y vino a darlo a conocer.
El mismo día, Mirta Roa presentó un libro álbum sobre su padre. Se trata de un texto que nos muestra al Roa Bastos más humano jamás visto. Cuando José Luis Ardissone pasó a leer dos de las cartas que se reproducen en el mismo, una de ellas dedicada a su hija, uno descubre todo el peso de la necesidad económica, las frustraciones, las ausencias, las presencias, alegría y pesares que envuelven a un escritor y a su familia.
Mientras el auditorio quedaba mudo ante ese hecho, decenas de niños corrían alrededor de un stand con sillitas pequeñas y grandes figuras para colorear.
Al costado del escenario, esperaba para Rolando Chaparro para cantar a viva voz. Más allá, una parejita se quitaba selfies con una obra erótica de fondo y unas amigas invitaban a acompañar a una autora que leería poesía en el auditorio de arriba, mientras otras insistían en ir a otra sala en el entrepiso, o en el Sthephen Hawking.
¡Hay demasiadas actividades!, se exasperó una delicada dama, pero no como plagueo, sino como disculpándose de no poder ir a todas, aunque no le faltaban ganas.
Ayer, cerrando la FIL Asunción, la escritora Gladys Luna presentaba la historia de un perrito muy especial. Ojalá que encuentre niños que la adopten como mascota.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario