Cuentos en el blog

domingo, 8 de marzo de 2009

¿Ropaje de príncipe o de mendigo?


 Si buscamos en el diccionario la palabra cultura, encontraremos la siguiente definición:
“Conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar su juicio crítico”.
Dentro de este “conjunto de conocimientos”, si nos referimos a la cultura de una región o país especifico en un momento determinado, encontramos los modos de vida, costumbres, conocimientos y grado de desarrollo científico, artístico, intelectual, que se han dado en este lugar. Podemos decir entonces que la cultura es el ropaje con el cual los demás ven a ese país o región determinada.
Así como muchas personas juzgan a otra por su vestimenta, a los países o regiones se los juzga por su grado cultural.
Este punto que acabo de manifestar fue visualizado hacia el 74 a.C. por el político romano Cayo Mecenas quien decidió ser el benefactor de la literatura y las letras, estimulando en especial a los poetas Virgilio y Horacio, gracias a lo cual su nombre se asocia hoy día con las personas o instituciones que apoyan a las artes o ciencias para el desarrollo de la cultura.
Demás esta decir que sin el mecenazgo de algunos bancarios y papas como la familia Médicis, Leonardo da Vinci, Rafael Sanzio, o Miguel Ángel Buonarroti, jamás hubiesen podido hacer las maravillas que en su época enaltecieron a Florencia y hoy son uno de los incalculables tesoros de la humanidad.
Es lógico que nadie dé nada por nada, es cierto que estos mecenas se beneficiaron con elogios y prestigio pero sin embargo se despojaron de una pequeñísima parte de su fortuna para patrocinar a estos artistas y literatos.
Hoy me enteré según un artículo de ABC Color[1] que algunas de las instituciones que deberían actuar de mecenas para que Paraguay sea representado en la XXXV Libroferia de Buenos Aires, una de las principales vidrieras latinoamericanas en lo que a literatura se refiere, se han negado a aportar su parte quedando reducidas las posibilidades del país a participar de dicho evento.
Con esta mezquina actitud no solo se priva al publico de la mencionada feria, integrado por los stand de varios países sudamericanos y del mundo, además del numeroso publico asistente, sino que se castiga a los escritores que día a día, quitando tiempo a sus actividades y dinero a sus bolsillos, luchan por un nuevo país.
En el exterior se desconoce sobre la literatura paraguaya y si alguien tiene alguna referencia esta se remonta a varios años atrás cuando hombres como, Augusto Roa Bastos, Elvio Romero y otros tantos, pusieron al Paraguay en un escalón de renombre. Lamentablemente estas personas nos han dejado, sin embargo hay muchos que hemos tomado la posta e intentamos continuar la senda trazada para que se siga hablando del país en lo que a literatura se refiere.
Del mismo modo que Virgilio y Horacio necesitaron de Cayo Mecenas para que actualmente se conozcan sus escritos y con ellos la grandeza alcanzada por Roma en aquella época, hoy la literatura paraguaya necesita del mecenazgo para que los escritores que escriben en Paraguay tengan un lugar físico, en la mencionada feria internacional, donde mostrar lo que hoy produce el país en el ámbito literario.
Esperemos que las instituciones que han dado su negativa recapaciten y entreguen la insignificante suma que representa para ellos el mecenazgo para que todos puedan ver el 23 de abril a las 14:00 horas, en Buenos Aires, un Paraguay vestido con principesco ropaje y no un espacio vació que cree la falsa imagen de un país al que no le interesan las letras y que viste con ropaje de mendigo.

Al parecer nuevamente el cuarto poder a podido mover montañas y las entidades (Yaciretá e Itaypu) se han comprometido a ser nuevamente mecenas para la libroferia de Buenos Aires.
Solo queda el participar y poner en vidriera todo lo que Paraguay sabe hacer en el ambito literario.(10/3/9)

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