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Estoy cansado y agotado de los
continuos comentarios por Facebook, Wasasp, periódico, TV,etc, en donde se
lloran los muertos de Francia, por un lado, y por otro ignoran a los de Beirut,
Nigeria, Brasil y otros lugares.
También estoy asqueado de aquellos
comentarios que fomentan el odio y la destrucción hacia un pueblo o religión
determinada, cargando las redes de comunicación, tendenciosamente, con
información errada o a medias para crear un sentido determinado en la opinión
del público que habla de daños colaterales “inevitables” cuando las muertes ocurren en Asia o África pero de una gran afrenta a la humanidad cuando
los decesos ocurren en Europa o en America del norte.
¿Qué
diferencia a unos humanos de otros?
Muchos dirán que la religión.
Es
cierto que el grupo terrorista, causante de la bárbara masacre en territorio
Frances, como también de la destrucción de varios patrimonios de la humanidad,
como las antiguas ciudades de Dur
Sharrukin, Hatra, Nimrud, Alepo y otras, dice ser musulman. Pero
también es cierto lo que dice el periodista alemán Jurgen Todenhöfer, quien convivió
10 días en Mosul con los terroristas y volvió para contarlo: “El Estado Islamico
predica un tipo de Islam rechazado por el 99 % de los 1,6 billones de
musulmanes del mundo”. Entonces, digo yo, ¿por qué odiar al 99% por culpa de
ese 1%?
Todas las religiones se cimientan
en bases fundamentales como el “no robar”, “no mentir” y principalmente “no
matar”, y el Islam no es la excepción. Son algunos hombres los que tuercen esos
principios a su “piachere”, dando interpretaciones propias tratando de “arrear”
para sus respectivos “molinos” a la mayor cantidad de seguidores. Como ejemplo
doy las palabras de Ibrahim al Kandari, religioso kuwaití que apoya
al Estado Islámico, quien proclamó: “ya es tiempo de que los
musulmanes borren de la faz de la Tierra la herencia de los faraones
egipcios”… "El hecho de que los primeros
musulmanes no lo hayan hecho no significa que no deberíamos hacerlo ahora”.
O sea la palabra y opinión de este religioso, según él, es superior o más
valedera que la del profeta principal de la religión que profesa y que guió a
los primeros musulmanes.
Lo mismo ocurre con los países. Durante gran
parte del siglo XX se estereotipó en películas, historietas, libros, etc, a
todos los alemanes como Nazis, a pesar que muchos germanos del mundo no
abrazaron el ideal de este partido alzando de una u otra forma sus voces contra
el régimen mientras duro. Entonces ¿por qué insultarlos de esta
manera?
“El terrorismo es el
uso sistemático del terror para coaccionar a sociedades o gobiernos, para la
promoción y logro de sus objetivos y/o supremacía sobre los demás que no opinan
como ellos”, no es una condición genética, racial, religiosa o demográfica.
El nacer en un país o pertenecer
a una religión determinada no te hace terrorista o no terrorista. El terrorista
es terrorista sin distinción de credo o nacionalidad.
Llamemos a las cosas por su nombre: Un muerto en un atentado es una victima tanto si muere en París como en Burundi y un terrorista es aquel que realiza esa acción.
Dejemos de estereotipar y etiquetar, o dejar de hacerlo, a quien y
en donde no corresponde… aunque lo digan las redes y la TV.
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