Cuentos en el blog

jueves, 19 de noviembre de 2015

Las cosas por su nombre y sin diferencias




Imagen de la red
Estoy cansado y agotado de los continuos comentarios por Facebook, Wasasp, periódico, TV,etc, en donde se lloran los muertos de Francia, por un lado, y por otro ignoran a los de Beirut, Nigeria, Brasil y otros lugares.
También estoy asqueado de aquellos comentarios que fomentan el odio y la destrucción hacia un pueblo o religión determinada, cargando las redes de comunicación, tendenciosamente, con información errada o a medias para crear un sentido determinado en la opinión del público que habla de daños colaterales “inevitables”  cuando las muertes ocurren en Asia o África pero de una gran afrenta a la humanidad cuando los decesos ocurren en Europa o en America del norte.
¿Qué diferencia a unos humanos de otros?  Muchos dirán que la religión.
Es cierto que el grupo terrorista, causante de la bárbara masacre en territorio Frances, como también de la destrucción de varios patrimonios de la humanidad, como las antiguas ciudades de  Dur Sharrukin, Hatra, Nimrud, Alepo y otras, dice ser musulman. Pero también es cierto lo que dice el periodista alemán Jurgen Todenhöfer, quien convivió 10 días en Mosul con los terroristas y volvió para contarlo: “El Estado Islamico predica un tipo de Islam rechazado por el 99 % de los 1,6 billones de musulmanes del mundo”. Entonces, digo yo, ¿por qué odiar al 99% por culpa de ese 1%?  
Todas las religiones se cimientan en bases fundamentales como el “no robar”, “no mentir” y principalmente “no matar”, y el Islam no es la excepción. Son algunos hombres los que tuercen esos principios a su “piachere”, dando interpretaciones propias tratando de “arrear” para sus respectivos “molinos” a la mayor cantidad de seguidores. Como ejemplo doy las palabras  de Ibrahim al Kandari, religioso kuwaití que apoya al Estado Islámico, quien proclamó: “ya es tiempo de que los musulmanes borren de la faz de la Tierra la herencia de los faraones egipcios”… "El hecho de que los primeros musulmanes no lo hayan hecho no significa que no deberíamos hacerlo ahora”. O sea la palabra y opinión de este religioso, según él, es superior o más valedera que la del profeta principal de la religión que profesa y que guió a los primeros musulmanes.
 Lo mismo ocurre con los países. Durante gran parte del siglo XX se estereotipó en películas, historietas, libros, etc, a todos los alemanes como Nazis, a pesar que muchos germanos del mundo no abrazaron el ideal de este partido alzando de una u otra forma sus voces contra el régimen mientras duro. Entonces ¿por qué insultarlos de esta manera?
“El terrorismo es el uso sistemático del terror para coaccionar a sociedades o gobiernos, para la promoción y logro de sus objetivos y/o supremacía sobre los demás que no opinan como ellos”, no es una condición genética, racial, religiosa o demográfica.
El nacer en un país o pertenecer a una religión determinada no te hace terrorista o no terrorista. El terrorista es terrorista sin distinción de credo o nacionalidad.

 Llamemos a las cosas por su nombre: Un muerto en un atentado es una victima tanto si muere en París como en Burundi y un terrorista es aquel que realiza esa acción. 
Dejemos de estereotipar y etiquetar, o dejar de hacerlo, a quien y en donde no corresponde… aunque lo digan las redes y la TV.  

No hay comentarios.:

Publicar un comentario