La distinguida organización y coordinación de ciudadanos
comunes, entes civiles y públicos debido a la venida del Papa Francisco,
elogiada por varios medios internacionales, demuestra que cuando se quiere se
puede.
Bomberos, funcionarios municipales y de migraciones,
militares, periodistas, servidores y la gente en general, realizaron un
trabajo titánico que finalmente logró su objetivo: Mostrar al mundo un país
amigable, servicial y digno de ser visitado sin envidiar nada a nadie.
Entonces yo me pregunto: Si se logro lo que se logró ¿Por
qué debe venir alguien para que se pueda hacer una “liera” diferencia? ¿Es
necesaria una influencia externa para pintar, barrer, tapar baches, atender de
la misma manera al nacional como al extranjero, trabajando coordinados y
juntos? ¿Será que podremos, por el esfuerzo individual y coordinado de todos
ser reconocidos internacionalmente por ser siempre de esta manera y no por un
hecho aislado?
¿Será que a medida que los días pasen la suciedad, la
intolerancia y el “ya da” vuelvan a reinar y volvamos a ser conocidos
como la ciudad verde debido a los frondosos árboles que crecen en techos y
muros de la ciudad? Una ciudad donde no importa que caiga otra casa antigua
simplemente para hacer un estacionamiento más, o un país en donde la desidia de
cada uno llena su entorno con residuos arrojados a un raudal o por la ventana
de un colectivo o automóvil.
La escritora J K Rowling dijo: “No necesitamos magia para
cambiar al mundo, llevamos todo el poder que necesitamos dentro nuestro”
El cambio depende de cada uno de nosotros y no es necesario
mucho, sólo es necesario seguir haciendo lío como el que se hizo en estos
últimos días.
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