Cuentos en el blog

viernes, 27 de enero de 2017

“El saber y la razón hablan; la ignorancia y el error gritan”


Con esta frase del poeta italiano de ascendencia alemana Arturo Graff, quiero comenzar esta breve intervención debido a un desagradable acontecimiento que me toco vivir y que, debido a las redes sociales, se ha viralizado ligándome indirectamente con este bochornoso suceso.
El día de ayer, 26 de Enero de 2017, me encontraba realizando tramites personales en la Comandancia de Policía en Asunción cuando abruptamente irrumpió en la sala de espera un sujeto gritando e insultando a todo personal uniformado que apareciera en su camino, e incluso llegó a golpear con su puño, con fuerza y sin motivo aparente, a un “pobre escritorio” que se encontraba en el lugar (como dije todo esto se puede ver en un vídeo de más de media hora que este individuo se encargo de filmar con su celular y de viralizar por las distintas redes sociales).
Este sujeto, además de gritar, invadía el espacio individual con su teléfono móvil siendo éste un elemento más de hostigamiento a los uniformados quienes en ningún momento reaccionaron con violencia, que si hubiera recibido en otros países democráticos, como ser Alemania, Francia, entre otros, y ni que decir de los países cuyas practicas distan mucho de serlo.
 Este individuo, al ver que los oficiales le pedían que se calmara y tomara asiento para luego ser atendido como los demás, comenzó a gritar queriendo involucrar a los presentes prácticamente obligándonos a que opinemos y le demos la razón mientras nos filmaba con su teléfono móvil. Esto fue para mí la guinda que coronó el pastel, pues nadie tiene derecho a involucrarme en sus actos sin mi consentimiento y mucho menos filmarme y exponer mi imagen, como parte de este hecho, ante la mirada de conocidos y extraños.
Independientemente de las razones, justas o no, del citado personaje, de ninguna manera es esta la manera de actuar.
 Si pretende cambiar el modo de actuar de las autoridades e instituciones de este país, primero debe dar el ejemplo y empezar con su propia educación ya que el respeto y los buenos modales no riñen con una causa justa, al contrario la reafirman.
Mirando desde afuera la filmación, se podría argumentar que éste atropello fue montado para ganar notoriedad ante los ojos de sus seguidores (porque, lamentablemente, hay quienes piensan que esa es la forma en que se debe actuar).
 Según mi punto de vista, la actitud prepotente, arrogante y despectiva de este individuo no corresponde a alguien que dice querer cambiar al país en el que vivimos. Si queremos mejorar nuestro entorno debemos empezar por nosotros mismos y respetando a nuestro prójimo, aunque esto no sea retribuido. Pero de ningún modo podemos poner nuestra confianza en alguien que no tiene en cuenta que los derechos de uno terminan donde comienzan los de los demás.


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