Las campamas de diciembre ya comienzan a sonar y con ellas nos damos cuenta que un nuevo año se ha ido.
No se si será cierto que con cada año de vida el tiempo “vuela” más que el año anterior o es simplemente el ajetreo de la vida que hace que los día, meses y finalmente años, desaparescas como granos de arena que se escurren entre nuestros dedos.
Sea cual fuere el motivo de la desaparición de este 2009, viendolo en retrospectiva, ha sido para mí un muy buen año, con algunos sinsabores pero en general un año cargado de exitos en especial en mi participación en el ambito literario. Tres ferias de libro internacionales y otras tantas a nivel nacional vieron a mis libros en sus estanterias; fui participe de la firma de un acerdo literario internacional para Paraguay y lo mas importante que entable vinculos con muchos escritores nacionales e internacionales con quienes compartí pareceres y un tiempo precioso en el cual pude aprender mucho de cada uno de ellos.
En el primer articulo de este año en este blog escribi que "muchas veces a lo largo de nuestras existencia, nos encontramos ante una bifurcación en nuestro camino quedandonos petrificados por miedo a la elección del sendero a seguir o, más bien, el miedo al cambio que esta decisión puede traer”. El 2008 como el 2009 fueron años distintos, años de cambios, el comienzo de un nuevo camino en mi vida, que creo es el correcto. Un camino con una cuesta bastante pronunciada pero que estoy convencido estará lleno de satisfacciones que no se harán esperar.
En la vida aveces se pierde para luego ganar el doble. Solo es cuestión de afrontar el chubasco lo mejor que podamos para, cuando sea el momento, recoger las bonanzas que la vida nos ofrece.
Suenan las campanas y deseo que con su tañir cubran de luz, paz y amor a todos los que leen estas lineas y como dije hace casi trescientos sesenta días, que en el año que esta a la vuelta de la esquina encontremos el remanso que nos deje descansar y cure nuestras heridas de las duras batallas libradas dándonos a la vez la fuerza y sabiduría para enfrentar los nuevos desafíos que seguro vendrán.
Que la luz divina ilumine sus rostros concediéndoles paz de espíritu y sabiduría eterna.
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